Parte del trabajo de Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948), poeta, artista visual y activista feminista, se expone en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC). Veroír el fracaso iluminado deja al visitante y espectador apreciar cómo su obra “se inspira en la necesidad de sentir y pensar el mundo de distintas maneras”.
En las siete salas dispuestas para exhibir esta retrospectiva se congregan piezas y documentación que construyó a partir de palabras, imágenes y una combinación de lenguajes y técnicas, mediante las cuales aborda complejos temas como el pensamiento indígena, la devastación ambiental, las luchas de liberación, la felicidad colectiva y el erotismo.
A Vicuña se le considera creadora de la poética espacial de lo precario, además de pionera del arte performático y ritual. Aparte de ser una de las voces más auténticas y polifacéticas de la poesía contemporánea, desarrolla una obra multidimensional en la que interactúa con la tierra, el lenguaje y los tejidos.
Para el curador de la exposición, y de la primera versión que se hizo en Róterdam, Países Bajos, en mayo del año pasado, Miguel A. López, la artista radicada actualmente en Nueva York ofrece una perspectiva radical sobre las relaciones entre arte y política. En un artículo de su autoría publicado en la Revista de la Universidad de México, dice: “Vicuña destaca la dimensión curativa o chamánica del arte, cuya función no es colonizar o dominar, sino impulsar cambios en las estructuras sociales y afectivas”.
En entrevista, el curador explicó que la exposición tuvo su origen en 2014, cuando se puso en contacto con la artista luego de conocer las piezas que desarrolló en Londres durante los años setenta como parte de su activismo contra la dictadura chilena. “Sus pinturas me dejaron fascinado por su complejidad. Eran representaciones feminizadas de políticos de la izquierda que convertía en cuerpos homoerotizados, intentando con ello reclamar una especie de erotismo del cuerpo, del placer y de las sensaciones. Quedé convencido de que tenía que organizar una exposición grande para mostrar su arte”.
Para López muchos aspectos de la obra de Vicuña no habían sido adecuadamente vistos, interpretados o valorados. El resultado tras cinco años de colaboración es Veroír el fracaso iluminado, “exposición que incluye un conjunto de obras inéditas, que permiten conocer lo que realiza desde muchos puntos de vista novedosos”.
Se trata de una exposición íntegramente de poesía: “Para Cecilia la poesía se materializa de distintas maneras: en un dibujo, en collages, textiles y videos, en la escritura misma. Son poemas multidimensionales, otras maneras de escribirlos, a través de elementos como el sonido de su voz, los tejidos de algodón y pequeños objetos que recoge de la basura para generar ensamblajes precarios. Eso es poesía. Un principio poético atraviesa toda su obra, y es que la poesía ofrece un espacio de reorganización del mundo, imaginar de otro modo, y la imaginación es fundamental para los procesos de resistencia colectivos actuales”.
El trabajo de Cecilia Vicuña, dice López, permite apreciar un respeto muy profundo por el pensamiento y la filosofía indígena, que ha sido arrasado violentamente desde el proceso de colonización. “Hay una parte importante de su trabajo que busca honrar esa memoria, invocarla. Una las gramáticas o artefactos de su trabajo es el quipu, la forma del algodón en diálogo con el flujo corporal, de la mujer que alude a la regeneración, a la vida”.
El curador considera que queda muy poco espacio para un enunciado sincero, que por lo general acontece en sitios imperceptibles y anónimos, dado que el arte se mueve predominantemente bajo la lógica del mercado y la espectacularidad. Veroír el fracaso iluminado rompe con esa dinámica y da un lugar privilegiado a las obras de una artista con una creación honesta, que combina lo ritual y lo político en actos transformativos, y para quien el arte tiene una dimensión sanadora y regeneradora, amén de generar espacios de empatía.
René Chargoy Guajardo
Veroír el fracaso iluminado, retrospectiva de Cecilia Vicuña, podrá verse hasta el 2 de agosto en el MUAC. Más información en www.muac.unam.mx.