Por primera vez en México, el cineasta franco-americano Eugène Green habló de la particular composición de su filmografía, ese tejido de imágenes seductoras, diálogos de largo aliento y de una cierta búsqueda poética, que lo ha llevado a crear un sello estético personal.
“Yo nací en un lugar donde la gente no tiene lengua. El inglés es sólo un medio de comunicación de bárbaros. Por ello, toda mi vida busqué una lengua y encontré la francesa y a través de ésta he logrado comunicar algunas cosas”, explicó el realizador y especialista en arte barroco, nacido en Nueva York en 1946.
Green presentó en México su documental Hacer la palabra (2015), el cual aborda la relación entre los vascos y el idioma euskara, además de reflexionar sobre la visión única del mundo que constituye cada lengua.
De acuerdo con Green, una persona se construye a través de una lengua; de ahí que los jóvenes vascos, retratados en su filme, quieren demostrar que se puede hacer una cultura contemporánea desde otros puntos de vista, desde lenguas a las que durante siglos se ha intentado suprimir de la historia.
El cineasta explicó su rechazo al inglés y compartió que durante un año permaneció en silencio en Francia, pues buscaba entender la lengua a la perfección. Para Green, lenguas como el vasco, en Europa, o el náhuatl, en México, mantienen una importante lucha de supervivencia frente al embate de la lengua imperial. “En el caso de las culturas indígenas de México, creo que se podría hacer una cultura moderna a través de sus lenguas originarias, como el náhuatl, al mismo nivel que con el español”.
Ante las preguntas del público, el realizador expuso las razones por las que él piensa que la gente decide olvidar lenguajes tan expresivos y vastos como el náhuatl o el vasco. Green señala que la razón se encuentra del otro lado de la frontera norte de México, detrás de un muro, en Estados Unidos, al contaminar las lenguas con el inglés, pues la gente termina hablando códigos precarios que no tienen un arraigo, no tienen historia, ni sentido, no son lenguas vivas.
“Yo creo que hay que resistir este embate. No hablar spanglish, no aceptar esa mezcla de castellano e inglés. No sólo se encuentran amenazadas las lenguas originarias, sino todas las lenguas”, explicó.
Sobre su quehacer fílmico, Green destacó que para él la materia bruta es la realidad, territorio donde el lenguaje de la cámara nos permite descubrir lo que se esconde debajo de lo aparente, detrás de un simple lago, un árbol o un ser humano.
Jorge Luis Tercero