La historia del diseño se ha formado a partir de un modelo occidental, y son los hombres –así, en masculino- los que aparecen, la mayoría, en los libros de diseño. ¿Por qué no nos permitimos contar historias distintas?, reflexiona la investigadora Ana Elena Mallet, frente a las 630 piezas de mobiliario, textiles, joyería y objetos varios que integran la primera exposición de diseño que despliega el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC): Una modernidad hecha a mano. Diseño artesanal en México, 1952-2022.
“En México y en Latinoamérica nos ha hecho falta contar y enunciar nuestra historia”, sostiene la curadora de esta muestra.
Una modernidad hecha a mano revisa la noción de diseño producida y teorizada en México desde 1950 hasta hoy, a partir del trabajo de la diseñadora cubano-mexicana Clara Porset, quien organizó la primera exhibición de diseño en el país: El arte en la vida diaria. Exposición de objetos de buen diseño hechos en México.
El recorrido planteado por Mallet sugiere la existencia de una escuela mexicanista a lo largo de siete décadas. Para ella, la línea que divide la artesanía del diseño no es tan clara. En México –señala-, el diálogo entre artesanía y diseño existe desde la mítica Exposición de Arte Popular de 1921, que celebró el centenario de la Independencia al final de la Revolución Mexicana, cuando se comenzó a impulsar las artes populares como parte de la identidad nacional y de un proyecto de nación.
“¿Eran esos artesanos o diseñadores? Más que distinguir si un plato es de artesanía o de diseño, al final es un plato y alguien tuvo la consciencia para diseñarlo. Creo que ha sido un problema de catalogación. En algún momento dejamos la artesanía de lado y no se incluyó en las líneas de la historia del arte como parte de las prácticas artísticas y creo que es lo que hay que empezar a hacer”.
Los diálogos sobre por qué se es artesano o diseñador se dieron desde los años 30 y, para acabar con ese problema –dice Mallet-, es que en los 50 una serie de artistas antropólogos y críticos acuñaron el término “diseño artesanal”, en tanto ambas expresiones creativas comparten características como la reproductibilidad, pero también la mano del artesano o del diseñador.
Una nueva mirada
Una modernidad hecha a mano se propone, pues, revisar la noción de diseño artesanal en México para trazar una genealogía de autores, diseñadores y artesanos del país, pero también, y de manera importante, de extranjeros que encontraron territorio creativo en los talleres y saberes de los artesanos mexicanos, incorporando una mirada moderna, procedente de los modos de vida urbanos, a la tradición.
“Por eso más que hablar de diseño mexicano hay que hablar de diseño hecho en México”, destaca Mallet.
La exposición da inicio con un registro de la inauguración, hace 70 años, de Ciudad Universitaria. “En octubre de 1952 se hace el octavo Congreso Panamericano de arquitectura y con eso se abren las puertas al mundo de este nuevo hito arquitectónico de espacio estudiantil, pero también de diseño, que fue el epítome de la integración plástica. Y en el diseño hubo muchas discusiones. Una de ellas fue esta primera exposición El arte en la vida diaria. Objetos de buen diseño hechos en México, que organizó Clara Porset”, quien –explica- buscaba establecer un diálogo entre artesanía, diseño e industria, para generar un diseño moderno, a la vez anclado en la tradición y asociado a la identidad local.
El recorrido transita por las ideas alentadas por el auge turístico en los años 50 y 60 en la producción de la Ciudad de México- que tuvo desde entonces un enclave fundamental en el Bazar del Sábado-, así como en Taxco, Uruapan, Tonalá, Tlaquepaque, Guanajuato y Cuernavaca. También despliega una tipología de asientos mexicanos como el butaque, el equipal y la silla de palo, que fueron reinterpretados en distintos momentos de los siglos XX y XXI. Finalmente, la muestra desemboca en el panorama actual, que aún conserva las bases sentadas por Porset sobre el diseño artesanal y el movimiento de diseño moderno en México.
Realizadas por 339 diseñadoras y diseñadores, las 630 obras que integran la exposición provienen de 18 estados y de 201 colecciones. Entre otros autores, hay obras de Francisco Toledo, Fray Gabriel Chávez de la Mora, de la artesana jalisciense Josefa -quien saltó a la fama cuando Elizabeth Taylor y Ava Gardner se fascinaron con sus diseños mientras se filmaba en Puerto Vallarta La noche de la iguana-; de la propia Porset, de Jorge Wilbot, Gorky González o Valentina González Wohlers.
Algunas piezas forman parte de la Colección de Diseño Moderno y Contemporáneo de la Dirección General de Artes Visuales de la UNAM, que bajo la curaduría de Mallet se creó en 2019 como un espacio de revisión, investigación, promoción, exhibición y difusión del diseño en sus múltiples ramas, y se plantea ser un referente en el país, donde no existe un proyecto de esta naturaleza.
“Creemos que este proyecto rendirá frutos en términos de investigación académica, curatorial y para contribuir al conocimiento de la historia del diseño en México”, consideró Amanda de la Garza, directora del MUAC, en un recorrido previo a la inauguración de la exposición, abierta el 14 de mayo.
La muestra, que es beneficiaria de la Beca de Artes de la Fundación BBVA México, incluye la publicación de un libro-catálogo con ensayos de Ana Elena Mallet, Deborah Dorotinsky y Jorge Rivas, así como una antología facsimilar de textos clave sobre diseño en México.
María Eugenia Sevilla
Una modernidad hecha a mano. Diseño artesanal en México, 1952-2022, se exhibe en la sala 9 del MUAC hasta el 13 de noviembre. Más información en cultura.unam.mx.