Tres pies: el enigma de la sucesión, reflexión en torno a la vejez

Llegar a una edad avanzada puede ser una empresa tortuosa. Usualmente se caracteriza por la incertidumbre. ¿Seré una persona más sabia?, ¿estaré más tranquilo?, ¿cosecharé los frutos de mi esfuerzo?, ¿seguiré siendo útil para la sociedad? Incógnitas que se descartan con una facilidad insólita; quizá producto de la soberbia que ha calificado a la juventud desde hace mucho tiempo.

Tres pies: el enigma de la sucesión no invita a resolver el cúmulo de estas preguntas, pero sí a identificarlas y propiciar una reflexión en torno a ellas. Ser un miembro de la tercera edad implica variables tan diversas, que es imposible poder advertir con reparación absoluta un “estado definitivo de la vejez”. La exposición retrata con un frío vigor el cómo se vive y qué propósito tiene la vida en la antesala de la noche; resuena de una manera tan explosiva, que es imposible contener las emociones.

Pequeñas esculturas, clips de videoarte, textos que estudian el concepto de la senectud. Diferentes caminos que culminan inevitablemente en las mismas interrogantes. La vejez no implica necesariamente jubilación, seguridad, tranquilidad u olvido. Es una maniobra que es en parte volición; en parte, fortuna; y en parte, destino.

En el camino rumbo a Tebas, la esfinge preguntó a Edipo cuál era el animal que caminaba en la mañana con cuatro patas, en la tarde con dos y en la noche con tres. “El ser humano”, contestó Edipo. En la mañana gatea; en la tarde camina erguido; y en la noche usa un bastón para caminar. Un acertijo que relata el progreso de la vida con precisión literaria. Cuando usemos bastón, ¿cómo describiríamos nuestra vida? ¿Feliz, acaso?, ¿llena de arrepentimientos?, ¿satisfactoria, quizás? Dos caballos de madera cabalgan en una línea recta; uno es más lento en su galope y recorre una vereda más extensa; el otro es más rápido no obstante sea más corto su sendero. ¿En cuál de los dos corceles nos convertiremos?

Mauricio Maldonado

Tres pies: el enigma de la sucesión se exhibe en Casa del Lago hasta el 20 de septiembre. Consulta los horarios de visita en www.cultura.unam.mx.