The secret and abiding politics of stones: La perpetua memoria de las piedras

Habitaciones iluminadas por un honesto blanco que permite resaltar la pureza y simplicidad de un cúmulo de texturas. Cada sala es como la propia existencia de la tierra; la mayor parte de su composición se encuentra en forma de rocas. Por ello, desde tiempos insospechados, la humanidad ha permanecido en contacto con ellas, de ahí nace la patológica predisposición colectiva a dotar de significado e interpretaciones a este elemento predominante y fundamental en la naturaleza.

Dada esta esencia representativa, las piedras pueden tener un sinfín de significados y usos, dependiendo de la cultura, el tiempo y la región. Inevitablemente, tienen la capacidad de adquirir un valor artístico, religioso, místico e incluso sobrenatural, sin embargo, la propuesta de la exposición The secret and abiding politics of stones (La secreta y perdurable política de las piedras) resulta totalmente contraria a dicha idea.

La muestra se inspira en la obra Pierres (piedras) del escritor y antropólogo francés Roger Caillois, en la que se apuesta por una concepción reduccionista de este material al concebirlo simplemente como un objeto más, uno que genera atracción por esta misma condición: “ellas dan fe de nada excepto de ellas mismas […] Perpetúan nada, sólo su propia memoria”.

Esta carencia de simbología y la capacidad de interpretación humana parecen contraponerse. Sobre todo si se le compara con otras nociones antropológicas, como la del filósofo alemán Ernst Cassirer, quien expresaba que “el ser humano es un animal simbólico” como producto de una evolución y revolución cultural que deriva en la reflexión y la creación de lenguajes.

No obstante, en otro tipo de disciplinas, como en la cinematografía, también se adoptó y desarrolló el planteamiento de Caillois, pues tiempo después el director Nathaniel Dorsky utilizaría el concepto self-symbol (autosímbolo), entendido como un “elemento que comunica su misma esencia, sin otorgarle ninguna clase de significado simbólico”.

Así, de acuerdo con este tipo de pensamiento, el posibilitar que las cosas se dejen ver tal cual, extiende una base con mayor apertura y más fértil que el mundo simbólico que ya se encuentra predeterminado. Por ello, la apuesta de esta exhibición es que las obras coexistan en este espacio con el fin de que los espectadores, que generalmente trazan formas y significados, permitan que las piedras sean ellas mismas.

¿Será posible que como asistentes nos abstengamos de representar aquello que se muestra en un museo? ¿Representará un reto despojar de sentido a cosas que comúnmente adjudicamos diversos valores?

Miriam Domínguez

The secret and abiding politics of stones se exhibe en la sala 4 de Casa del Lago hasta el 14 de febrero. Consulta los horarios de visita en www.cultura.unam.mx.