Sobre el arte que se lleva a la calles: Monumentos, anti-monumentos y nueva escultura pública

Desde el Antiguo Egipto hasta las ciudades modernas, incontables monumentos han quedado a la deriva simbólica de lo que alguna vez representaron; ya fueran obeliscos dedicados a un dios olvidado o el busto de algún prócer de la patria de cuyo nombre ya nadie puede acordarse.

Esta idea se explora en la exposición colectiva Monumentos, anti-monumentos y nueva escultura pública, que se presenta en el Museo Universitario del Chopo y pretende revisar este fenómeno en las urbes latinoamericanas de nuestra era: Lima, Bogotá, Ciudad de México, entre otras.

La muestra reúne piezas sobre proyectos faraónicos realizados, en su mayoría durante el siglo pasado, en México y diversos puntos de América Latina, y cuestiona la definición de espacios públicos y sus monumentos: la utilidad, su función ideológica y si contribuyen o no a la construcción de identidad.

En el caso mexicano, destaca la referencia a proyectos del siglo XX, como la Ruta de la Amistad de 1968; que reunió diecinueve obras fabricadas en concreto, realizadas por artistas de cinco continentes.

En otra línea de mordaz crítica política, aparecen obras como “Bad hombre”, de Radamés Figueroa, Melvin Baz y Rafael López, artistas de Puerto Rico, que satirizan la figura de Donald Trump al mostrarlo como un borracho decadente. La estética de la pieza lo convierte deliberadamente en un “amigo” de Homero Simpson.

Comparte el curador Pablo León de la Barra que un día antes de que Trump fuera electo presidente, la escultura, junto a otra pieza de Simpson, fue expuesta en la vía pública a manera de intervención. Al día siguiente, el personaje emblemático de Matt Groening fue robado, mientras que la pieza de Trump se encontraba olvidada, pero con algunos daños realizados por los transeúntes.

En otra frecuencia, se encuentra “Cabeza de Juárez”, de Ximena Labra, quien representa al gran monumento, que desde 1976, se alza en las inmediaciones de la delegación Iztapalapa. La pieza fue presentada por Labra como parte del proyecto Danzazócalo, en el Festival Vive Latino de 2010.

De Labra también se exhibe el video “Tlatelolco. Public Space Odyssey” (Tlatelolco. Odisea del espacio público), que en su versión original se componía de tres esculturas de gran formato y una serie fotográfica. Esta obra se presentó por primera vez en 1993 como homenaje a las víctimas del 2 de octubre de 1968.

En el timelapse “Monumento Lima” (Escultura infinita, 2011), del artista peruano Miguel Andrade Valdez, se muestra una serie de fotografías de monumentos erigidos en Lima. La información de muchas de las esculturas, que exhaustivamente documentó Andrade Valdez, es incierta o desconocida, pues las placas han desaparecido o fueron borradas.

Por su parte, el artista colombiano Iván Argote presenta la serie fotográfica “Turistas”, en la que documentó la acción de vestir esculturas de personajes históricos, como el rey Carlos III de España, con ropa elaborada de telas originarias de América.

En la exposición colectiva, también pueden verse obras de Eduardo Abaroa (México); Diego Berruecos (México); Stefan Benchoam y Byron Mármol (Guatemala); Marcelo Cidade (Brasil); Abraham Cruzvillegas (México); José Dávila (México); Helen Escobedo y Paolo Gori (México / Italia); Alejandro de la Guerra (Nicaragua); Juan Fernando Herrán (Colombia); Runo Lagomarsino (Suecia); Gonzalo Lebrija (México); Anuar Maauad (México); Amalia Pica (Argentina); Guillermo Santamarina y el Colectivo Sector Reforma (México).

Jorge Luis Tercero

Monumentos, anti-monumentos y nueva escultura pública se presenta en Museo del Chopo del 26 de octubre al 7 de enero de 2018. Consulta horarios de visita en www.cultura.unam.mx.