Curare fue una asociación civil que a partir de 1991 se dedicó al abordaje del arte como una forma de producción de conocimiento crítico, así como a fomentar el ejercicio independiente de la curaduría. La iniciativa partió de la historiadora Rina Epelstein y del crítico de arte y escritor Olivier Debroise. Su interés era conformar un espacio de debate y reflexión que aportara al campo artístico en México y que, simultáneamente, fuera un contrapeso a las instancias académicas y las instituciones culturales del Estado.
Hasta el 30 de octubre se presenta la exposición Curare. Venenos, remedios y estrategias críticas, 1991-2010 en el vestíbulo Arkheia del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), exhibición que rastrea las contribuciones de la agrupación.
Previo a la inauguración de la exposición se realizó una charla en la Sala de Conferencias del museo en la que participaron la gestora cultural y museóloga Maco Sánchez Blanco, la curadora de la colección Artística del MUAC, Pilar García, el curador adjunto del museo Jaime González Solís y, como moderador, Julio García Murillo, subdirector de Programas Públicos del MUAC, quienes hablaron de las aportaciones de Curare, además de referirse a algunos pasajes y anécdotas de esta asociación que se involucró críticamente a los cambios en la circulación del arte.
Pilar García anotó que el nombre Curare es un término con una doble acepción, por un lado tiene que ver con un veneno vegetal proveniente del Caribe y el Amazonas que se utilizaba como paralizante; por otro, designa la práctica de conceptualizar la exhibición de obras artísticas y acompañar su producción, es decir, “cuidar de los objetos dentro de un museo y elaborar un guión geográfico. Construir un discurso a través de los objetos”.
Puntualizó que Curare consiguió crear un espacio para dar salida a proyectos curatoriales en los que artistas emergentes tuvieran cabida y donde de manera central se realizara investigación histórica sobre la escena del arte en México.
Antes, García Murillo había dicho que Curare ha sido asimilada como una revista, una publicación producto intelectual de un colectivo, y que lo que hace esta exposición como un primer acercamiento a su fondo documental, es plantear que fue mucho más que un boletín o revista, que en sus distintos abordajes procuró hacer un retrato que mostrara las múltiples caras del colectivo. “Los integrantes de Curare cuestionaron las formas del arte y la política cultural hegemónicas”.
Por su parte, Sánchez Blanco dijo que el grupo trabajó la crítica desde una posición de resistencia en un contexto agresivo y bastante hostil. “Fue una labor de resistencia a las instituciones hegemónicas, a los discursos impuestos, a la historia académica y a las presiones del mercado del arte… Curare se define como una forma de contrarrestar las instituciones culturales, sin destruirlas o invalidarlas. La podemos considerar como un antimuseo que inspiró a infinidad de colectivos de artistas, un contrapeso muy necesario para que la figura del curador independiente exista, las colecciones de arte contemporáneo existan y el arte mexicano se colocara en el mapa global”, apreció la curadora de la exposición junto con Jaime González.
Este último señaló que Curare mantuvo indefectiblemente un interés genuino por construir un edificio historiográfico crítico que respondiera a ciertos esquemas preconcebidos de cómo se narraba la historia del arte en México hasta ese momento; y por otro lado, de qué manera se abordaba la crítica y la producción artística. “La idea era contravenir al ejercicio de una crítica únicamente descriptiva y tratar de aproximarse al arte como una forma de producción de conocimiento”.
Al inicio de la charla, Amanda de la Garza, directora del MUAC, dijo que con Venenos, remedios y estrategias críticas, 1991-2010 se reactivan las exposiciones de archivo que estuvieron detenidas por un largo tiempo debido a las restricciones sanitarias. “Celebramos esta apertura que rastrea las contribuciones de Curare, espacio crítico para las artes que hizo al campo artístico en México durante sus años de actividad. Concebida como un espacio de debate y reflexión, la asociación civil de críticos e historiadores del arte representó un contrapeso a las instancias académicas y a las instituciones del Estado. Esta exposición fue posible gracias a la donación del archivo de Curare a la colección documental del Centro de Documentación Arkheia del museo”, precisó.
Concluido el evento se inauguró la exposición donde los visitantes podrán darse cuenta de “la vasta diversidad de estrategias que el colectivo activó en el campo cultural, desde exposiciones, publicaciones, seminarios, coloquios y debates, hasta asesorías curatoriales, proyectos de revisión histórica, conformación de bases de datos y conceptualización de colecciones”. Todas ellas “vías de acceso a Curare desde una doble mirada: como respuesta a una serie de contingencias y, a la vez, como detonante de episodios fundantes para el ejercicio de la crítica, la curaduría y la historiografía del arte en México”.
René Chargoy Guajardo
Curare. Venenos, remedios y estrategias críticas, 1991-2010 puede visitarse en el vestíbulo Arkheia del MUAC hasta el 30 de octubre. Más información en cultura.unam.mx.