El Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), desde su fundación el 26 de noviembre de 2008, indicó un cambio de situación muy significativo a nivel global. Cuauhtémoc Medina, su actual curador en jefe, señala en entrevista que los espacios de visibilidad del arte contemporáneo hasta el fin del siglo pasado eran minoritarios, y casi siempre dirigidos a los participantes y sus allegados.
Refiere que entonces “se asumía que el arte estaba enfocado a un público mayor de 50 años. Hoy por hoy contamos con instituciones como el MUAC que se orientan al público en general, y que además se dedican a crearlo. De este modo se les ofrece a los artistas vivos la oportunidad de ser pensados como parte de la cultura necesaria del día a día”.
El reconocido crítico de arte asegura que ese cambio en México lo encabezó el MUAC, gracias a la decisión de la UNAM de construir un museo de gran escala, un museo metropolitano de arte contemporáneo. Son ya 15 años en los que se ha logrado una colección de un poco más de dos mil obras producidas de 1952 en adelante, todas ellas con una variedad de relatos cambiantes y, por lo mismo, no lineales ni unificados.
Para ir mostrando al público de manera progresiva la colección del Museo, se inauguró la exposición Colección MUAC. Genealogías y disidencias, exhibición simultánea de núcleos de diversa índole y que se renovarán periódicamente. En esta primera fase se abarcan tres salas, la Terraza norte y la planta baja.
El visitante, anota el doctor en Historia y Teoría del Arte, encontrará en su trayecto por la exposición una variedad y constante flujo de ideas en competencia. En la salas 4 y 5 se presentan obras bajo el título La fiesta de las balas, tomado de uno de los cuentos de Martín Luis Guzmán. “Aquí, describe Medina, se explora un tema complejo: la representación, la mente, el testimonio del poder y la fuerza en sociedades turbulentas como las latinoamericanas. Exhibimos obras de Carlos Aguirre, Enrique Ježik, Jonathan Hernández, Clemencia Echeverri y Germán Venegas. Particularmente es la oportunidad para ver una instalación de gran tamaño de la artista colombiana Echeverri, en la que se proyectan videos donde antiguos sicarios hablan de lo que fue su vida”.
El investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas comenta que en la Sala 4 se presenta Un archivo de El Archivero, un estudio histórico de caso del grupo animación del libro de artista más importante que ha existido en el país, y que fundaron Yani Pecanins, Gabriel Macotela y Armando Sáenz. “Gracias a que lo preservó Pecanins la Universidad Nacional pudo adquirir el archivo entero y la colección. Lo que el público tiene frente a sí en esta Sala es una monografía”, precisa el premiado en 2012 con el Walter Hopps Award for Curatorial Achievement de la Menil Foundation.
Cuarto oscuro en la Sala 6 es una muestra que a Cuauhtémoc Medina le parece extremadamente importante. “En ésta, apunta, se incluyen obras que tienen una serie de representaciones de sexualidad explícita, entre ellas un acervo histórico de cartas que envió Juan Soriano al novelista y cuentista Jorge López Páez, dos de los principales creadores homosexuales de la época moderna en México, en un momento en que ser homosexual era un secreto. También exponemos obras de artistas muy diversos, enfocados a prácticas eróticas alternativas”.
En la Terraza norte y planta baja del museo el espectador hallará la muestra Al ras del suelo, donde se reúne una serie de obras que dan cuenta de la relación entre objeto, escultura y espacio horizontal. “Se trata de ocupar el espacio físico, afirma Medina, de una manera que se desafíe la idea de estatuaria como una especie de objeto vertical”.
Se ha decidido hacer exhibiciones divididas en otras más pequeñas y que no son del mismo tipo. “No se trata de que estas cuatro o cinco sean de periodo, estilos o temas, dice. “Nos interesa examinar movimientos, tipos de temática, obras de un determinado mecanismo o característica de producción, piezas de un solo autor o que tienen un determinado comportamiento en salas, como base para generar una representación que siempre va a ser incompleta pero múltiple, y que acumulativamente nos facilite desarrollar esta experiencia de exhibiciones como un sitio a explorar”.
Medina espera que la gente entre al museo vea las exhibiciones temporales y siempre vaya a la sección de colecciones con la misma expectativa de sorpresa de quienes están, como él, en el campo de arte contemporáneo y son testigos de la obra que emerge de los estudios o de las intervenciones de los artistas.
Una reflexión final del curador en jefe del MUAC durante la entrevista: “Es bueno que la gente adore una exposición y que objete la de al lado. En los públicos que asisten al museo cabe el desacuerdo. El museo es un lugar donde se puede discutir, diferenciarse y convivir, lo cual se llega a ver como algo peligroso. Entendemos que es importante la heterogeneidad, pero también lo es la coincidencia”.
El MUAC es una parte muy importante de lo que hace Difusión Cultural en la Universidad. Es, de acuerdo a Cuauhtémoc Medina, uno de los puntos donde “la UNAM contribuye a cambiar tanto el sentido común como el gusto avejentado promedio”.
René Chargoy Guajardo
la exposición Colección MUAC. Genealogías y disidencias, estará abierta hasta el 28 de abril de 2024. Más información en cultura.unam.mx.