Pintar el Lienzo de Tlaxcala: los trazos de la otra Conquista

Aquí se abre un intersticio plástico del tiempo. Un salto, para nada cuántico, entre el siglo XVI y el XXI, desplegado en la mirada de artistas contemporáneos que permiten palpar el gran quiebre en la historia del mundo. Quiebre del que son descendientes: el momento en el que Tenochtitlán dejó de ser el centro del imperio mexica para convertirse en el vórtice de una nueva era global.

La exposición Pintar el Lienzo de Tlaxcala, del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), no es solamente un encuentro con el documento que, como ningún otro, narró la historia de la Conquista, desde los ojos de los vencedores indígenas: los tlaxcaltecas. Aquí, tlacuilos y tlacuilas del siglo XXI abordan la historia desde su territorio visual. En la conversación con el pasado construyen, en ocasiones con técnicas ancestrales, el puente de entre tiempos.

El historiador Federico Navarrete –curador de la muestra con Margarita Cossich y Antonio Jaramillo- es contundente: “La Conquista no fue lo que nos han dicho: la visión de los vencidos o la derrota de todos los pueblos indígenas, sino la victoria de muchos de ellos. El Lienzo de Tlaxcala es la historia de los vencedores, no de los vencidos. Nos permite entender la historia del periodo colonial de manera diferente, que ve a los indígenas no como víctimas sometidas, sino como agentes históricos clave”.

El Lienzo de Tlaxcala y la versión de la Conquista del pueblo tlaxcalteca son fundamentales para la narrativa histórica de México –abunda Navarrete-, pues su participación fue determinante en la victoria peninsular y en el establecimiento de Nueva España, un periodo de tres siglos.

“La memoria que construyeron de eso que llamamos La Conquista, la manera en que relataron su propia participación en ella y la importancia que tuvieron como indígenas conquistadores en este proceso son clave para entender cómo el régimen colonial en México fue construido por una alianza entre indígenas y españoles”, afirmó.

El Lienzo de Tlaxcala fue pintado en el siglo XVI. Tela de 5 x 2 metros, de la que los tlaxcaltecas hicieron varias copias: dos de ellas fueron entregadas a los españoles, las cuales se perdieron.

La tercera fue resguardada por los tlaxcaltecas y sobrevivió hasta el siglo XIX. El antropólogo Alfredo Chavero y el grabador Genaro López hicieron otra copia, que se exhibe en esta muestra. Hubo una más -del siglo XVIII- de Manuel Illades. Con base en estas últimas, la exposición reconstruye una lectura del lienzo original.  

“Los mismos tlaxcaltecas nunca copiaban una imagen, cada imagen era una nueva obra artística que tenía su propia vida, de modo que a los artistas y a los historiadores que colaboramos en este proyecto nos pareció que la mejor manera de reproducir el Lienzo de Tlaxcala no era tratar de ser fieles a un original que igual estaba perdido, sino hacer una recreación artística en un lenguaje visual contemporáneo”, dijo Navarrete.

Con asesoría en restauración, los artistas contemporáneos Mariana Castillo Deball y Eduardo Abaroa retomaron técnicas del siglo XVI para pintar la pieza que reinterpreta la obra, con colores de la época y materiales como lino y retazos de lienzo, como se utilizaban en aquella época.

Lenguaje de vanguardia

“Los tlaxcaltecas en el siglo XVI utilizaron un lenguaje de vanguardia: copiaron las imágenes europeas, las integraron a las imágenes mesoamericanas; nosotros estamos haciendo lo mismo: utilizamos el lenguaje del arte contemporáneo para recrear la realidad histórica de Tlaxcala en el siglo XVI. También, como dicen los miembros del colectivo tlaxcalteca Arte a 360 Grados, para hablar del presente”, explicó Navarrete.

En el suelo de la sala se extiende un dibujo a línea del artista Camilo Moncada, con parte del lienzo que narra esta visión de la Conquista, en la que los tlaxcaltecas lideraron los ejércitos invasores entre 1519 y 1541.  

“Una de las hipótesis que tenemos es que el Lienzo de Tlaxcala no sólo cuenta la historia cronológica; también es un mapa. Uno puede caminar y recorrer el territorio de todas las alianzas que empezaron en Tlaxcala y de todas las conquistas: pasamos por México-Tenochtitlan, por su caída, por la Noche Triste para los tlaxcaltecas, que fue Noche Victoriosa para los mexicas… Se cuentan también, una a una, las conquistas de los tlaxcaltecas en el territorio mesoamericano”, precisa Margarita Cossich, arqueóloga y especialista en Estudios Mesoamericanos.

La muestra da comienzo con una recreación, a cargo del artista Juan Carlos Juárez Álvarez, de los ya desaparecidos murales de Cabildo del siglo XVI, en los que nueve gobernantes de provincias mesoamericanas narran esta historia, confrontados por imágenes de las críticas que los tlaxcaltecas hicieron de la evangelización española. 

Dos murales, contrapuestos, despliegan el choque –¿diálogo- entre culturas, que fraguó un proceso universal sin posibilidad de retorno en plena Modernidad: el inicio de una era que hoy es posible narrar; pero ni mexicas, ni tlaxcaltecas ni peninsulares pudieron imaginar. A 500 años de distancia, el intersticio en el tiempo continúa su curso.

Fotos: Barry Domínguez.

La muestra se acompañará de un Programa Académico con conferencias a cargo de especialistas durante seis sábados a partir del 5 de febrero a las 11 de la mañana. La programación y todos los detalles se encuentran en la página tlatelolco.unam.mx/pintar-lienzo-de-tlaxcala. El CCUT abre de miércoles a domingos de 11 a 17 horas.

María Eugenia Sevilla