Quizá a primera vista resulten extrañas las formas reunidas en la muestra No division no cut de Éléonore False, pero, como mencionó ella en alguna entrevista, depende de cada espectador dar —o no— un sentido a las piezas que conforman la exposición y poner en duda su naturaleza; puede ser que hayan sido recortadas de un lado y puestas en circulación en otro.
Como si se tratara de un juego, los elementos que integran la exhibición No division no cut están distribuidos en la Sala Daniel Mont del Museo Experimental El Eco para generar la sensación de que asistimos a un espacio privado: hay repisas, un cuadro de lana cuyas dimensiones se acercan a las de una cama, un gancho que pende del techo, fotos en las paredes. El collage es una técnica común en las piezas elaboradas por False, quien, en una suerte de disección quirúrgica, corta, recompone e integra nuevos objetos que llevan las huellas de aquellos de los que se desprendieron. El proceso de recolección de imágenes, textiles, cerámica y de su posterior unión se sintetizan en el nombre de la muestra.
Una de las piezas que llama la atención es el textil elaborado con lana en dos colores —negro y blanco—. Este fragmento que conforma No division no cut, que recuerda los tapetes bordados y también el trabajo del artista chileno Carlos Arias, ilustra en gran medida los motivos artísticos de False: en cada objeto hay una unión mediante la cual podemos rastrear sus orígenes; no importa cuántas veces desarmemos un elemento, cada pedazo sustraído es susceptible de colocarse en otro lugar para dar paso a algo nuevo.
Siguiendo la línea de los procesos artesanales, los cuatro objetos de cerámica puestos en la repisa y el que pende del techo fueron elaborados mediante una técnica oriental llamada raku: cocidas a 900 °C, las piezas fabricadas con este proceso se tiñen de un color rojizo de manera azarosa; parecen haber envejecido una vez que son sacadas del horno. Si por accidente la pieza llegara a romperse, el ceramista (Éléonore en este caso) toma las piezas y las reintegra para construir una nueva forma.
Si algo no hay en la vida es eso que llamamos “naturaleza”, pero nos repiten con tanta insistencia que “así son las cosas”, que terminamos por creernósla. Lo que tenemos del mundo son construcciones culturales que varían de latitud a latitud y basta un pequeño reacomodo en hechos que considerábamos inmutables para acceder a otras posibilidades de habitarlo, posibilidades que no veíamos por creer a pie juntillas en “lo natural”. Para Éléonore False, la forma es aquello que vincula lo natural con lo cultural y y para dar muestra de ello la artista presenta No division no cut.
Carina Vallejo Fuentes
No division no cut de Éléonore False se presenta en el Museo Experimental El Eco hasta el 5 de junio.