Naturaleza o capitalismo: ¿Quién es el dueño del mundo?

Un fuerte olor inunda el espacio. Destacan los tintes terrosos; no obstante se perciben extraños, como un hedor sintético. Ladrillos inundan el recinto; aparentan ser de arcilla común y corriente, pero no lo son. Parecen disolverse en el suelo. Es necesario acercarse para divisar su verdadera forma y textura: café. Café en su más grotesca envoltura. Planta que alguna vez nació para deleitar los sentidos; planta que ahora grita de dolor en un suelo artificial.

La exposición ¿Quién es el dueño del mundo? expresa una paradoja antiquísima: la conservación de la naturaleza o la evolución de un capitalismo voraz. Ecos que resuenan desde 1929, año de la crisis económica detonada por la devaluación de productos agrícolas y la especulación financiera. En Brasil, una mercancía tan valiosa como el café, tuvo que desecharse cual desperdicio para no incentivar la sobreproducción y la desaceleración del PIB.

Granos de café interpuestos con logos de corporaciones trasnacionales; imágenes incompatibles; violencia en collages; exhortación de Willy Krautz, curador invitado, para pensar en la contradicción que se planea para la raza humana. ¿Será que nuestra única salvación reside en acelerar cada vez más la economía internacional? ¿No podemos encontrar un equilibrio con la naturaleza, nuestro hogar?

La cotidianidad ciega. Impide que las cosas sean percibidas como son; no como deberían ser. Llega un punto en el que la vista se educa a lo mundano: la cruel indiferencia de la costumbre. Los valores otorgados a la naturaleza se significan interminablemente: los ecosistemas se destruyen; la flora y fauna perece. ¿El ambiente se transforma en basura?

Mauricio Maldonado

¿Quién es el dueño del mundo? se exhibe en la sala 5 de Casa del Lago hasta el próximo 24 de mayo. Horarios de visita: www.cultura.unam.mx.