Musicar: una invitación a habitar la música desde la sorditud

Las perspectivas médicas, culturales y sociales predominantes generalmente ven la sordera como una deficiencia. Pero para la investigadora canadiense Véronique Leduc, de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM), se trata de una forma de experimentar el mundo y de relacionarse con él.

“Para las personas oyentes, (no escuchar) es una discapacidad, por supuesto, pero esto no es ser sordo”, dice vía correo electrónico, en entrevista previa a su participación en el II Encuentro Internacional de Cátedras Extraordinarias, que se realiza en el marco del Festival CulturaUNAM. 

Véronique Leduc.

“Mucho más que un nivel de audición, (la sordera) es una forma de estar en el mundo”, explica. “Ser sordo no es no oír; es una forma de relación social”. 

Limitar la sordera a una mera ausencia de audición, en un mundo audiocéntrico, resulta aún más limitante para quienes, como Leduc, viven con esta condición. Ella se ha dedicado a estudiar la sordera desde una perspectiva cultural, con la finalidad de transformar las prácticas discriminatorias y la sub representación en Canadá, un país en donde el 25 por ciento de la población experimenta una falta de audición parcial o total, según cifras que proporcionadas por la institución a la que pertenece.

Véronique Leduc está a cargo de la Cátedra de investigación de Canadá sobre la ciudadanía cultural de las personas sordas y las prácticas de equidad cultural (www.equite-culturelle.uqam.ca), como parte del Departamento de Comunicación Social y Pública de la UQAM. Además, es responsable de Nouveu, programa corto de segundo ciclo sobre Discapacidad y sorditud: derechos y ciudadanía.  

Algo más que oír música

Con base en su experiencia, Leduc presentará la conferencia Musicar: Cuando lxs sordxs reclaman la música, el jueves 13 de octubre a las 16:30 horas en el Auditorio del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), invitada por la Cátedra Extraordinaria Max Aub de transdisciplina en arte y tecnología. La conferencia es en español con interpretación de Lengua de Señas Mexicana y también podrá seguirse a través del canal de YouTube de la Unidad Académica de CulturaUNAM.

En esta conferencia, Leduc prevé delinear diversas formas de opresión que experimentan las personas sordas en sus relaciones con la música, y diferentes formas de afirmación. A partir de experiencias particulares de personas sordas, y de sus investigaciones académicas, abre un espacio para explorar maneras de “musicar”, un concepto creado por el académico Chistropher Small, en 2019, el cual –explica- propone que la música no reside solamente en las obras musicales sino en participar en el performance, considerando la música como un proceso y un verbo de acción. Además, impartirá un taller, del 13 al 15 de octubre, en donde se pondrán en práctica estos principios, con un performance el día 15 a las 13 horas en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario. 

“Se trata de ver la música desde una perspectiva global. Ritmo, vibraciones, dimensiones visuales: todo esto se puede incluir en el concepto de música”. Cuenta Leduc que llegó al concepto de musicar a través de su directora de tesis Line Grenier, profesora de comunicación de la Universidad de Montreal, con quien actualmente colabora en esta investigación, ahora como profesora en la UQAM.

Destaca la importancia de los estudios académicos sobre sordos, ya que ofrecen perspectivas que permiten considerar la sordera y de quienes la experimentan, de manera diferente. Es así que surge el concepto de “sorditud” acuñado por el académico sordo Paddy Ladd en 2003, el cual permite considerar la experiencia de las personas sordas más allá del prisma médico.

“Sordera es un término médico que enfatiza la pérdida auditiva. Mientras que el concepto de sorditud permite centrarse en las propias personas. La sorditud permite así tener en cuenta la historicidad, la opresión y sobre todo el futuro, para considerar otras posibilidades. Porque efectivamente, lo que significa ser una persona sorda es algo que evoluciona con el tiempo, que no es fijo”, explica.

Para muchas personas que carecen de audición, el problema no es la sordera, sino el audismo, es decir, la discriminación contra las personas sordas, advierte la investigadora. “Eliminar el audismo significa desarrollar formas de vida que funcionen para todos. Por ejemplo, asegurando la presencia de subtítulos en videos e intérpretes de lenguaje de señas en eventos públicos”.

Los participantes en un taller previo de Musicar relataron su placer en su relación con la música, especialmente cuando no hay personas oyentes presentes. “Ya sea disfrutando del placer de las vibraciones del violín en el hombro o de los parlantes vibrando a diferentes ritmos en el auto, las personas sordas aman la música de diferentes maneras… hasta que llega una persona oyente y les hace sentir que su forma de música ‘no es la correcta’. Sera cuenta, por ejemplo, el placer que tenía tocando el violín sola hasta que su hermana mayor entró en la habitación, escandalizada, diciéndole que ¡el sonido que hacía con el violín era horrible! Jack contó lo mucho que le gustaba poner la música alta en el auto para saborear las vibraciones… hasta que su novia se subió al vehículo y le dijo que la radio estaba ¡entre dos estaciones!

“Históricamente, las personas oyentes han impuesto sus normas y sus formas de hacer y apreciar la música. Nuestra investigación demuestra que las personas sordas deconstruyen la experiencia de la música recordándonos que hay diferentes formas de estar en el mundo y que todas este formas son válidas”.

El Taller Musicamos: cuando lxs Sordxs reclamen la musica va a reunir personnas y artistes sordxs que quieren explorar performancias de musica.

María Eugenia Sevilla