En una de las salas del Antiguo Colegio de San Ildefonso, sobre el muro, un lienzo moteado se desdobla silencioso, su sola presencia evoca los rastros de algo que se quedó perdido en la historia. En este caso, el recuerdo de las bombas que los aliados, Inglaterra y Estados Unidos, arrojaron de forma aleatoria sobre 130 diversas ciudades alemanas durante la Segunda Guerra Mundial y que acabaron con la vida tanto de militares como de civiles inocentes. ¿Un ataque necesario o mera crueldad de los que se sabían vencedores?
Se trata de la pieza Lübeck (2006), del artista Adam McEwen, que se presenta en el emblemático recinto universitario como parte de la muestra Rastros y Vestigios: Indagaciones sobre el presente. Una colección de 121 obras que proponen desafiantes relecturas de buena parte de la historia del siglo XX, además de visiones críticas con respecto a nuestros días.
Bajo la curaduría de Tatiana Cuevas, se compila la producción artística de diversos creadores, con piezas que van de 1946 a 2015. Las temáticas abordan los más variados y polémicos temas: desde la miseria en que viven millones de personas alrededor del mundo hasta la producción excesiva de basura y desechos que inundan el globo terráqueo.
Evocar la ruina y los rastros
A veces el arte contemporáneo tiene la capacidad de abrir ventanas a las imágenes del caos y lo irreconciliable, lo cual se constata en los escenarios de miseria, des-habitabilidad o ausencias hacia donde nos transportan muchas de las piezas que integran Rastros y Vestigios, para repensar la realidad.
En una de las salas hallamos en una esquina, un lienzo chamuscado que bien podría ser considerado una broma de mal gusto, pero su secreto es un poco más profundo. Se trata de una pieza de la serie Pinturas realizadas por un arrojafuegos, elaborada por el artista español Santiago Sierra. Un trabajo que se encuentra justo en la frontera entre lo ético y lo políticamente incorrecto, pues para producirlo el artista tuvo que contratar a un tragafuegos callejero que lanzara llamas sobre diecisiete canvas.
En otro momento, encontraremos dentro de un marco, cuatro fotos que fueron cosidas entre sí. Se trata de Hairdryers (1976), del famoso artista pop Andy Warhol. Una pieza en la que los conceptos de repetición y reproducción masiva, que tanto obsesionaron al artista, son retratados a partir de objetos utilitarios de la vida cotidiana, como el caso de las secadoras de cabello que durante buena parte del siglo XX llenaron todas las peluquerías y estéticas del mundo.
Para hablar sobre terremotos y desastres, dos piezas nos traen el recuerdo de la destrucción y el trepidar de la tierra: la primera es Diagrama Terremoto, de Joseph Beuys y es una cinta enroscada sobre sí, guardada dentro de una vitrina. La pieza surge del dibujo que el artista realizó sobre un rollo de cinta, a partir del electrocardiograma del galerista Lucio Amelio, como metáfora sobre el sentir colectivo después de un terremoto, como el que ocurrió en Nápoles en 1980.
La segunda es Earthquake Aftershock, evocación de las grietas en los edificios que quedaron como testimonio silencioso de un pequeño fin del mundo, los ecos materiales del terremoto de 1985 en México, o simples fracturas que el artista Carlos Amorales reconstruyó a partir de una regla de metal, dispuesta sobre el dibujo de un círculo en una pared.
La exposición también cuenta con obras de otros importantes artistas como Wim Wenders, Lothar Baumgarten, Gabriel Orozco, Pablo Vargas Lugo, Abraham Cruzvillegas, Fritzia Irizar, William Eggleston, Ana Mendieta, Teresa Margolles, On Kawara, Mona Hatoum, John Chamberlain, Carl Andre y Andre Caderé, entre otros.
Una serie de obras que hablan e imaginan desde la contemporaneidad de los signos, para dar cuenta de los testimonios que sobreviven al fluir del tiempo. O en palabras de la curadora Tatiana Cuevas:
“En lugar de mirar hacia el pasado en busca de fragmentos que den la muestra para construir una historia, mirar al presente, tomar las obras como signos culturales o fragmentos metafóricamente fosilizados de lo contemporáneo.”
Jorge Luis Tercero
Rastros y Vestigios: Indagaciones sobre el presente se exhibe en el Antiguo Colegio de San Ildefonso del 27 de abril al 21 de agosto. Horarios de visita en www.cultura.unam.mx.