Día franco, del narrador y ensayista Adrián Curiel Rivera, consta de cinco cuentos que hablan de humanos y perros, el paralelismo que hay entre unos y otros, así como la exploración en los conflictos que se pueden presentarse durante la etapa pantanosa del adulto. En palabras del autor, éstas narraciones tienen tres hilos conductores: “los perros, la soledad y la familia”.
Los perros porque aparecen como protagonistas, coprotagonistas o seres que rondan por ahí y anuncian la inminente materialización de alguna desgracia. La soledad, porque si algo comparten los personajes centrales es que, aun estando acompañados, se encuentran inmersos en una soledad inquietante. Y la familia, que se deriva directamente del hilo anterior, no como elemento de unión sino como la tribu que somete, aplasta y agobia la identidad individual de los personajes.
En la reciente presentación del libro en el Palacio de Bellas Artes, Alberto Chimal mencionó que estos cuentos son historias que se caracterizan por estar llenas de lo azaroso, lo extraño y lo impredecible, ya que son experiencias humanas que ponen en duda los pequeños relatos que se cuenta cada individuo a sí mismo para poder justificar su vida y encontrar consuelo o satisfacción en ella. “Este es un libro hecho de esos momentos en los cuales nos enfrentamos, de una manera u otra, a esa parte indescifrable de nuestra propia existencia, oscura y despiadada en la realidad que nos pone cara a cara contra nuestra propia fragilidad, sensación de pequeñez y finitud”, mencionó el narrador.
La escritora Guadalupe Nettel afirmó que lo perros son un tema inabarcable, una metáfora, el espejo mayor del hombre entre todos los animales y que en el libro de Curiel, a al igual que J. R. Ackerley en su novela Mi perra Tulip, son un pretexto para hablar del hombre mismo. En el caso del libro de Curiel, estos hacen referencia a la locura “pero no a la locura histriónica, de manicomio, sino la soterrada, la que nos manipula y acecha constantemente”.
También comentó que son metáforas de la fragilidad del hombre, pues los personajes se mueven del desasosiego al desconsuelo en situaciones comunes con las que todo tipo de lector se puede sentir identificado.
Para concluir su participación, invitó al público a leer el libro al que calificó como “realista inquietante”, ya que a pesar de tener rasgos fantásticos, permanece con mayor frecuencia en el inquietante territorio realista.
Jorge Volpi señaló que ha tenido un gusto particular por el libro de Adrián Curiel, porque se integra de “cuentos en los que uno salta de un mundo a otro, pero con una especie de hilo conductor”, que en este caso son los perros, de los que destacó el simbolismo, pues expresan lo que ocurre a los personajes: un joven homosexual que ha perdido a su pareja, un escritor frustrado, una mujer que se revela a creer en deseos imposibles. “Aunque en apariencia son personajes distintos, son posibilidades diversas de ese mismo desasosiego, un desasosiego lleno de humor que sólo pertenece a Curiel, sumamente afilado, discreto y cruel para revelar los lados más oscuros y tristes de nuestras vidas y ansiedades”, comentó.
Kevin Aragón
Día franco de Adrián Curiel Rivera (Dirección de Literatura, Serie Rayuela) se encuentra disponible en la red de librerías universitarias. Más información en www.cultura.unam.mx.