Locura y desesperación en el camino de Hamlet

¿Qué se puede decir de Hamlet que no se haya dicho ya? La obra, una de las máximas piezas teatrales de la historia; cenit del pensamiento de William Shakespeare; una de sus tragedias más largas y de las más influyentes en la literatura inglesa; una historia de tanto peso que ha despertado incontables narraciones y adaptaciones en teatro, cine y televisión. Una obra de teatro en sí, difícil de montar y adaptar.

Flavio González Mello, reconocido dramaturgo, escritor, catedrático, director fílmico y televisivo acepta el reto con una reconocida valentía. Y aunque el producto final es uno que deja el paladar con tintes agridulces, se debe reconocer en primera instancia la versatilidad del director para acometer la encomienda de ajustar el material original a un contexto mexicano. La adaptación, situada en tiempos contemporáneos, respeta los diálogos casi palabra por palabra, sin embargo, se suman diálogos evocativos de los bajos barrios de la Ciudad de México, lo cual nos puede hacer reflexionar sobre los objetivos de una adaptación: ¿existe un límite para modificar una obra? ¿la propuesta original puede convivir con una lectura nueva?

La dirección, actuación, vestuario y escenografía, sobre todo esta última, brillan por su armonía. En específico, destacan las actuaciones de Arturo Ríos (Rey Hamlet/Rey Claudio), Emilio Guerrero (Polonio) y el tratamiento lúdico del espacio. En algunos momentos, la obra pareciera caerse debido al manejo caótico de los diálogos de Shakespeare con aquellos que buscan hacer más cercana la obra a la época actual.

Pedro de Tavira Egurrola, miembro de una dinastía teatral sobresaliente, histrión que interpreta al homónimo de la obra, pareciera no creerse por completo su personaje. Algunas adaptaciones de la tragedia divergen usualmente entre resaltar la frágil relación incestuosa que tiene el personaje con su madre; o matizar la locura que lo envuelve y hace dudar al espectador de su cometido. Por sus características psíquicas, Hamlet es indiscutiblemente una figura que encarna la desesperación; sin embargo, en esta puesta en escena se convierte en un junior que no despierta la más leve empatía.

Hasta aquí, llega la duda sobre el libreto. ¿Habrá sido el origen de todos los males? En la obra hay una potencia desperdiciada que nos despierta preguntas irresolubles: “¿Qué tal si…?”, “¿Ser o no ser…?”. De lo que no hay duda es de la opinión del espectador, quien tiene la última palabra.

 Mauricio Maldonado

Hamlet se presenta actualmente en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario de la UNAM. Goza de dos temporadas: del 10 de septiembre al 11 de octubre; y del 29 de octubre al 6 de diciembre. Consulta los horarios en: www.cultura.unam.mx.