Las 99 Monedas, a cambio de la felicidad

El rey se cuestiona enfurecido, casi al borde de las lágrimas, de dónde proviene la felicidad de su humilde paje. “¿Cómo es posible que un hombre sea feliz con tan poco?”, pregunta el monarca, interpretado por la actriz María Teresa Garagarza en la obra Las 99 Monedas.

Los actores Rodolfo Arias, María Teresa Garagarza y Adamaris Madrid llevan a escena este inusual cuento de hadas, en el que los reyes, los brujos y los hechizos no sólo nos hablan de reinos y mundos inimaginables, sino de nuestra realidad cotidiana.

“El tiempo en los cuentos es una ilusión: las princesas pueden dormir 100 años o los amantes vivir felices para siempre”, inicia la obra con la voz de Adamaris Madrid, quien además interpreta música en vivo y genera una atmósfera oscura y misteriosa, a partir de sutiles gestos o sonidos realizados durante la función.

En Las 99 Monedas, propuesta teatral de José Acosta, seguimos los pasos de un rey enloquecido y un sabio delirante que intentan develar el secreto de la felicidad inexplicable que esconde un sumiso paje real. Para lograrlo, se valdrán de un saco lleno de 99 monedas de oro, “ni una más, ni una menos”, susurra el sombrío paje al oído del caprichoso monarca.

Para entender la oscuridad en la que está a punto de caer el paje, el sabio pide al rey que por un instante se quite la corona y piense en lo que siente al dejar de ser rey.

“Rey: Si me quito la corona… ¿puedo confiar en que me la devolverás? / Sabio: (suspira) Absolutamente, nuestro secreto ya es parte del bosque”, dialogan los actores en medio de la oscuridad del Teatro Santa Catarina, entre la bruma de hielo seco.

Después de una pequeña advertencia, el sabio aconseja al rey que, para hallar el secreto de la felicidad del paje, deben hacerlo entrar al círculo. Cuando el rey está a punto de ordenar a sus soldados que obliguen al lacayo a entrar en el círculo, el sabio dice que la fuerza no será necesaria, “bastará con una simple invitación. Con 99 monedas que su majestad mismo le dará sin ninguna condición a cambio”.

José Acosta cuenta que quería ver la locura detonar sobre el escenario, por ello pensó en adaptar este cuento para niños que conocía, pero con un añadido, un giro sombrío. “En la versión original, el paje al caer en la tentación y ante las insuficientes 99 monedas, que nunca podrán ser 100, reconoce su error ante el rey y todo termina con una moraleja feliz”.

En la versión reescrita por Noé Lynn, todo da un giro radical que invita a reflexionar sobre la mezquindad humana y la bajeza de los poderosos, aunque también acerca de la esperanza. Lynn y Acosta explicaron que antes del terremoto del 19 de septiembre contaban con una versión de la puesta en escena que decidieron modificar un poco tras los hechos ocurridos y adaptar tras haber contemplado la solidaridad y entrega de la sociedad mexicana, en pos de darle una nueva lectura.

La obra, que contiene homenajes a Shakespeare y Edipo rey de Sófocles, cuestiona la impertinencia y soberbia de reyes, faraones y de todos aquellos que detentan algún poder y se vuelven incapaces de ser empáticos, “como sucede a los políticos de nuestros días”, destacó el director. También se trata de un cuestionamiento a la naturaleza humana en sí misma.

“Soñé que era todas las mujeres y también todos los hombres. El herrero y también el curandero, la puta y la princesa; el artista y su espectador. El paje y también el rey. Su felicidad era la mía”, confiesa el sabio al rey justo antes de que la maldición de las 99 monedas cobre sus primeras víctimas.

Jorge Luis Tercero

Las 99 Monedas se presenta en el Teatro Santa Catarina hasta el 22 de octubre. Consulta los horarios en www.teatro.unam.mx.