Resulta complejo encasillar la trayectoria intelectual del argentino Oscar Masotta, reconocido por introducir el pensamiento de Jacques Lacan en América Latina y cuyo trabajo estuvo motivado por el psicoanálisis, hasta su muerte en el exilio en Barcelona, a finales de la década de los 70.
La obra de Masotta ha sido entendida desde el psicoanálisis y la crítica literaria, sin embargo, su trabajo artístico como productor y organizador de happenings y obras en los medios, nos revela uno de los capítulos más radicales del arte latinoamericano. Ésta y otras facetas del argentino se exploran en la exposición Oscar Masotta. La teoría como acción, que se presenta en el Museo Universitario Arte Contemporáneo.
El pensamiento de Masotta fue crucial para la vanguardia argentina, asegura la curadora Ana Longoni, quien explica la escena de la década de los 60 como un colectivo de creación que se desarrolló en una especie de laboratorio y que propuso que el arte era un experimento para fundar nuevos conceptos de sociabilidad.
La muestra plantea un desafío, al darle un formato expositivo a un itinerario intelectual complejo y polifacético como el de Masotta, quien apostó por reivindicar el lugar del pensamiento y de la acción crítica como un modo de intervención política, en un momento en que los artistas comenzaban a abandonar la creación para unirse a movimientos o partidos políticos, comenta Longoni.
“Masotta defendió la idea de que el intelectual tenía que pensar en un modo de intervención transformadora de la sociedad. Se reivindicó marxista, pero dijo que no se podía afiliar al Partido Comunista porque no iban a entender sus inquietudes intelectuales, y porque tampoco coincidía con el modo de interpretación de la realidad de la izquierda ortodoxa, en cambio propuso el arte como territorio de experimentación y desborde”, agrega Longoni.
La teoría como acción está organizada en núcleos temáticos que abordan las intervenciones políticas que realizó Masotta; el Masotta happenista; el polemista y el que se dedicaba a los imagineros argentinos, como denominó a los artistas cuya producción se asemeja al trabajo de los artistas pop en Estados Unidos.
En la exhibición, se encuentran materiales documentales y repeticiones que ha producido la artista Dora García sobre los happenings: El helicóptero y Para inducir el espíritu de la imagen, que Masotta realizó en la década de los 60 y que reflexionan en torno a actos de sadismo social o el rol de los medios de comunicación como actores susceptibles de construir un acontecimiento.
Esta última preocupación tuvo su apoteosis con Tucuman arde, la obra más conocida de la vanguardia, en la que se construye un hecho contrainformacional en la propia circulación mediática que pone en evidencia la falsedad de la información oficial sobre la crisis que enfrentaba Tucuman por el cierre de ingenios azucareros y a la cual se dedica una parte de la exposición con un diagrama sobre los conceptos que retoma esta acción.
La muestra incluye el trabajo de artistas que nunca se han visto en México como Alberto Greco, Eduardo Costa y Raúl Escari. “Mucha de la producción de la vanguardia está destruida o desaparecida, ya que no había instituciones, coleccionistas o museos capaces de albergar las obras, y muchos artistas apelaban a la destrucción o desaparición de sus trabajos”, explica Longoni.
Mina Santiago
Oscar Masotta. La teoría como acción se presenta en las salas 7 y 8 del MUAC del 27 de abril al 14 de agosto. Consulta horarios de visita en www.cultura.unam.mx.