La profunda crisis sociopolítica que asedia a La gran familia

¿Has oído hablar de Mamá Rosa? ¿La señora de 80 años que administraba una casa hogar con más de 600 niños huérfanos en Zamora, Michoacán? ¿Aquella casa hogar que fue intervenida por la policía tras recibir denuncias por abuso infantil, hacinamiento y secuestro? ¿De aquella mujer que fue expuesta por los medios como una “loca”, déspota y abusiva? ¿Aquella que para muchos fue un “demonio”, pero, para otros, una especie de Madre Teresa de Calcuta, versión mexicana?

Quizá Mamá Rosa no fue nada de eso; quizá lo fue todo. Lo que sí podríamos asegurar es que la vida de este épico personaje nos permite reflexionar sobre la profunda crisis sociopolítica del México actual. Al menos así lo plantea La gran familia, singular drama político montado como musical en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón.

La obra, inspirada en los trabajos del dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht, fue escrita por los hermanos Claudio y Alberto Lomnitz, este último también director del montaje. La música es de Leonardo Soqui y los actores pertenecen a la Compañía Nacional de Teatro (CNT).

Se trata de una producción 100% mexicana. Todo el relato, los personajes, la historia, los lugares, las referencias, el contexto y la adaptación están construidos con elementos netamente mexicanos. Es decir, no se trata de otro musical de Broadway, ambientado en Nueva York o San Francisco, pero adaptado a la CDMX o Guadalajara. No, es una historia que sucedió en México y que es contada por y para mexicanos.

Los autores buscan retratar el tema de fondo: el Estado fallido mexicano. Esta no es una historia sobre Mamá Rosa sino sobre un Estado hipócrita, ausente, corrupto, impune, convenenciero, machista y conservador. Un Estado que ha abandonado y menospreciado a sus jóvenes y al grueso de la población, la más marginada, pobre y vulnerable, durante décadas.

Asimismo, habla de la crisis de la familia en México, desbaratada por la migración forzada, la violencia, la orfandad y el divorcio. Critica con agudeza los propios vicios y la doble moral de la familia tradicional y plantea nuevas formas de familia, de verdadera hermandad y cooperación social. De familias que ven más allá de los frágiles lazos de sangre, así como de instituciones y estructuras de poder horizontales.

Mamá Rosa es producto de ese México, es hija de sus virtudes, sus defectos y sus grandes contradicciones. Es víctima de sus injusticias, pero también replicante de ellas. Es un personaje que pertenece al pasado, pero también al presente. Mamá Rosa es esa mujer y madre sola, acorralada por la dureza de un sistema mezquino y patriarcal, en un contexto donde el tejido social se fractura y violenta cada vez más, en donde el Estado no puede ofrecer un espacio mejor para vivir que esa casa hogar de Zamora, claramente rebasada por la situación.

Eloísa Farrera

La gran familia inició temporada en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón y concluirá sus funciones el 9 de diciembre. Consulta los detalles en www.cultura.unam.mx.