Confucio enunció alguna vez: “Si estoy caminando con dos hombres, cada uno de ellos servirá como mi maestro. Recogeré las buenas características de uno y las imitaré; y las malas del otro para corregirlas en mí mismo”. El artista alemán Wolf von Kries, como un eco distante del pensamiento oriental de antaño, expresa nociones muy similares.
Un muro envuelto en carteles que anuncian desarrollos inmobiliarios. Postes de cemento catalogados como “estorbos”. Migajas de bolillo o “comida para pájaros”. Una hoja gigante con los ganadores de la Lotería. Filas de piedra; alguna vez parte de las escalinatas del monumento a la madre. Elementos que expresan la actualidad de la Ciudad de México.
Para muchos es sumamente difícil aceptar su realidad. Cuestionarla y transformarla son terrenos todavía más espinosos. Experimentar una dosis de objetividad es sentir una explosión sanguínea en la cabeza; una iluminación que puede ser ignorada o atendida en igual proporción. Como Confucio, Wolf von Kries camina con nosotros y nos expone dos estados: la paz y el caos fusionados en uno solo. No existen ideologías, críticas, pretensiones o insinuaciones. Wolf von Kries sólo pescó artículos de los lagos simbólicos del Distrito Federal.
El problema más recurrente en el arte contemporáneo es la significación. A veces puede decirse mucho con poco; a veces con mucho se dice nada. Afortunadamente La pesca del día, un experimento realizado durante la breve estadía del artista alemán en la Ciudad de México, se inclina a la primera. Sus caminatas recuperaron componentes de la vida habitual de una ciudad desproporcionada; imitarlas o corregirlas son instrumentos para otra reflexión.
Mauricio Maldonado
La pesca del día se presenta actualmente en el Museo Experimental El Eco. La exposición permanecerá en exhibición hasta el 2 de agosto. Consulta los horarios de visita en: www.cultura.unam.mx.