Más allá del romántico lugar común que dice que las obras no se agotan, aún si tienen una cantidad infinita de lectores, siempre es interesante volver a ver una puesta en escena de un texto clásico; no tanto por la fidelidad o libertad con que se haga el montaje (esa es una discusión que no me ocupa en este momento), sino por la interpretación de la obra que la adaptación revele. No me parece aventurado —ni tampoco original, si a esas vamos— asegurar que un montaje es distinto de otro porque en ellos interviene un proceso de interpretación, y éste depende de una lectura particular que nunca será idéntica a otra. Así, cada ocasión que vamos a ver una obra consagrada en realidad es como si estuviéramos viéndola por primera vez.
La versión de Esperando a Godot, acaso una de las obras más socorridas por las compañías contemporáneas, que los estudiantes de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM presentaron en el FITU 2015-16, puede ser un ejemplo para ilustrar lo anterior. En la obra de Beckett los elementos cómicos y trágicos logran equilibrarse bastante bien, de modo que el desasosiego convive con la risa y produce un efecto estético de confusión; en cambio, en este montaje específico resaltan más los tintes amargos, se acentúan la desolación de los personajes y la inutilidad de su espera, lo que deriva en una sensación de angustia entre los espectadores.
Así, en este montaje el eje rector es transmitir esa angustia: con ello se explica la escenografía tan adusta —apropiada para los fines estéticos si pensamos cuán inquietante puede ser la soledad absoluta de un páramo—, el vestuario empolvado y evidentemente desgastado, la decisión de poner un segundo plano de actores que replican lo que vemos al frente del escenario y la ausencia casi total del elemento cómico. Actuaciones, trazo escénico, iluminación, todo, va de acuerdo al efecto perseguido por la adaptación y eso resulta admirable porque demuestra una congruencia artística difícil de alcanzar y mantener.
Pedro Derrant
La puesta en escena Esperando a Godot, montada por la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, participó en el Festival Internacional de Teatro Universitario 2015-16.