La cara oculta del relajo y su función catártica resuenan en RIO

Intensidad sonora y luces de colores emanan desde las entrañas de una provocativa semi-obscuridad. El inequívoco manto del festejo cubre cada rincón del lugar. Atmósfera que inevitablemente convierte al público en un testigo de las distintas formas de expresión propias de la diversión grupal e individual.

RIO explora el desenvolvimiento de una desinhibición colectiva enmarcada en la cotidianidad. Reflexiona sobre el dinamismo de un comportamiento encaminado a la reducción o nulificación de la seriedad. Paradójicamente, en esta exhibición, el relajo se concibe como un objeto de análisis, se le dota de una relevancia que lo hace digno de estudio. La muestra logra materializar este concepto a través de la conjunción de medios como la litografía, la pintura, el audio, el video y la instalación.

Gustavo Artigas produce este ensayo museográfico a partir de la Fenomenología del relajo, texto escrito en 1966 por el filósofo mexicano Jorge Portilla. En este documento, se distingue al “desmadre” como una práctica que deslinda al sujeto del compromiso de responder con la cara de la formalidad. Es una actividad catártica, necesaria para el bien común.

De carácter unitario y concreto, el relajo vive tres momentos definitivos en su desarrollo, primero existe el desplazamiento de la atención, después aparece un profundo abstencionismo ante la consumación de determinadas obligaciones, finalmente ocurre la exteriorización física y verbal de esta decisión. Este resulta ser el punto máximo, en el cual se busca el contagio; aquí converge la energía de un estado mental y emocional.

La fiesta, la broma y jocosidad hacen de algún modo más “soportable” la vida. La celebración es un ritual social de carácter simbólico que desde un punto de vista antropológico habla de la identidad de una población. De ahí, la importancia que tiene para el mexicano reírse junto a la desgracia; pertenecemos a una cultura que en todo momento hace frente a su rígida realidad.

Artigas consigue redondear este ambiente festivo gracias a la incorporación de “Disco Samba”, una emblemática canción de los años 70 que ha trascendido en el imaginario de varias generaciones en nuestro país. A pesar de que son pocos quienes conocen su nombre, es un hecho que todos, en algún momento de paso en el camino de la distracción, han bailado y sentido la vibra tropical que este tema irradia desde las profundidades brasileras que invariablemente remiten a Río de Janeiro.

Miriam Domínguez

RIO se presenta en la galería Helen Escobedo del Museo Universitario del Chopo hasta el 13 de diciembre. Consulta lo horarios en: www.cultura.unam.mx.