Un recorrido por iniciativas gráficas latinoamericanas generadas en contextos políticamente opresivos desde la década de 1960 hasta la actualidad, es lo que presenta la muestra Giro gráfico. Como en el muro la hiedra, la cual invita al asistente al Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) a ir “contra el cuaderno sordo de la historia”, de acuerdo a Sol Henaro, una de las coordinadoras del equipo de 30 investigadores que integran la Red Conceptualismos del Sur (RedCSur), agrupación responsable de la curaduría de la exposición.
En entrevista, la también curadora de Colecciones Documentales del MUAC comentó que éste es el segundo proyecto de investigación en el que intervienen las y los curadores, historiadores, antropólogos, activistas y artistas latinoamericanos agrupados en la Red. Luego de un arduo trabajo colectivo de casi siete años, pone sobre la mesa una serie de producciones que denuncian los ejercicios de poder que se empeñan en invisibilizar los nuevos feminismos o las terribles olas de desapariciones en el continente, solo por citar dos ejemplos.
“Se da cuenta de la manera en que los artistas y los productores visuales responden creativamente a situaciones muy adversas”, comentó.
Alrededor de 400 obras entre bordados, pinturas, pancartas, proyecciones en edificios, señaléticas intervenidas, ejercicios contracartográficos, camisetas y carteles ocupan las salas 7, 8 y el Vestíbulo Arkheia del MUAC, en una muestra que no se limita a temporalidades ni espacios geográficos.
“No queríamos generar investigaciones por raciones. Tampoco se trataba de reflejar todas las realidades de todos los países de Latinoamérica, ni hacer una muestra partiendo de algo cronológico. Nos llevó mucho tiempo entender cómo podíamos desdibujar esos límites geográficos, cómo encontrar producciones que reverberan en los diferentes contextos y que éstas pudieran vincularnos”, explicó.
“Para lograr lo anterior trazamos itinerarios que no fueran académicos, ni rígidos. En total son doce, uno tiene que ver con la gráfica en Nicaragua en el contexto de la revolución sandinista y de su gráfica actual. Otro núcleo se llama La demora, en el que se plantea cómo pensar el tiempo lento en las manifestaciones, ya que siempre en esos casos nos dejamos llevar por la urgencia, en el pega rápido y sal corriendo”. En esta parte se presentan bordados del movimiento social mexicano Fuentes Rojas, de la cooperativa gráfica argentina La Voz de la Mujer y aquellos que provienen del Museo de la Palabra y la Imagen, con sede en El Salvador. “No es un itinerario cerrado, es lo que colectivamente pudimos enunciar y que esperamos interpelen otras memorias y otras urgencias”, afirma la curadora.
Henaro menciona que en esta exposición también se hallan a la vista los papalotes de Francisco Toledo con los rostros de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, un audio de Rafael Martínez y una pieza de Demián Flores. En el denominado Ágora del Presente se ubican tres pantallas en las que se exhiben movilizaciones sociales recientes, entre ellas la que instala en espacios públicos esculturas colectivas conocidas como antimonumentos.
“En Giro gráfico enfatizamos que el arte también compromete y acompaña realidades adversas. Nos interesa expresar cómo desde la producción visual podemos interrumpir nuestra inercia y ser conscientes sobre lo que ocurre a nuestro alrededor”.
En favor de la libertad
La exposición presenta la gráfica en un sentido expandido, es un giro en relación a la revuelta y a las visualidades. Henaro considera que ésta es una muestra en favor de las libertades y en contra de la opresión, además de que permite visualizar el gráfico como una herramienta de denuncia, con diferentes trazos y reverberaciones, el cual muchas veces es anónimo y colectivo.
Nada condescendiente es lo que ahí se exhibe, todo lo contrario, evoca el dolor a la vez que, paradójicamente, “la materialidad como algo creativo, coloreado y poético, que nos habla a todos y todas”, anota.
La exposición, que mantendrá abiertas sus puertas hasta el 28 de mayo de 2023, inicia con los 197 carteles que reproducen los rostros de hombres y mujeres desaparecidos durante la dictadura militar en Uruguay entre 1973 y 1985. De entrada se experimenta una inquietante metáfora: el visitante atraviesa por los desaparecidos, pasa por esas ausencias. Más adelante el encuentro será con diez siluetas de un mismo niño, como si se tratase de una matriz. En la parte de atrás, en una pintura de pizarrón, la gente escribe su denuncia sobre la desaparición de infantes en diferentes contextos.
Giro Gráfico. Como en el muro la hiedra retoma en su título un pequeño fragmento del estribillo de la canción Volver a los 17, autoría de la compositora chilena Violeta Parra, y que ha inspirado la extensa investigación que se concreta con la muestra. Con ello se quiere dar a entender que la gráfica crece en los muros y, como la hiedra, vuelve a brotar en un tiempo cíclico, donde las cosas siguen pasando, atravesando y conmoviendo.
Complementa la exposición un programa de conversaciones, debates y recorridos así como un encuentro con bordadoras, a lo que se añade la impresión de consignas en camisetas. En la muestra lo estético no está en un segundo plano. “La destreza está en hablarnos no pensando en que cada pieza va terminar siendo un objeto artístico, y sí en cómo una imagen puede hablarnos y seducirnos para hacernos llegar un mensaje brutal, producto de contextos adversos y muy duros”, concluye Henaro.
René Chargoy Guajardo
Giro gráfico. Como en el muro la hiedra, exposición de obras visuales de protesta latinoamericanas, se exhibe hasta el 28 de mayo en el MUAC. Más información en cultura.unam.mx.