Esperamos al Gordo, comedia sobre el drama migrante en Estados Unidos

Esperamos al Gordo es una historia ficticia basada en hechos reales. Tres jóvenes migrantes mexicanos viven en Washington en la zozobra, temerosos de ser sorprendidos por una redada. Uno más, El Gordo, transita por el desierto con su mochila a la espalda, cobijas y recipientes de agua. Sudoroso y decidido a alcanzar su cometido de reunirse con sus pares, en tanto se hace acompañar de un acordeón, entonando canciones que no sólo le levantan el ánimo, sino que también le aligeran el peso del pasado.

 

El Gordo se comunica a través del celular con sus entrañables carnales cuando la señal se lo permite. Él no desiste, camina exhausto por el desierto esquivando a la migrant patrol. Ya falta menos. Sus hermanos y amigo no pierden la esperanza de que se concrete el encuentro en el pequeño departamento que comparten.

Mientras tanto eso no sucede, uno como espectador se entera de que Mago, su hermana, ha sido despedida del trabajo, luego de que en la fábrica lechera donde laboraba sospechan que pretende demostrar que los lácteos que producen están alterados. Riesgosa decisión de una valiente mujer que años atrás llegó a los United States “bien mansita y bien chillona”.

El Gordo no falla y se reporta con la family. Del otro lado quince llamadas perdidas. Nada o muy poco saben de él. “No se preocupen, es listo”. “Pero la migra más”, se les oye decir. ¿Será que lo habrán detenido? Eso queda en suspenso. Pequeñas y grandes historias tienen lugar dentro de las cuatro paredes del depa, modestamente amueblado con una mesita redonda, tres sillas y un sofá verde, desde donde se mira la televisión. Bromas, reclamos, broncas y apapachos de un trío de treintañeros migrantes que intentan vivir. Solo eso.

El Gordo logra contactar nuevamente con ellos. Les avisa que no va solo, le acompaña Doña Chole, la madre. El espacio del desamparo se ensancha. ¿Llegará desvaneciéndose la progenitora? Las adversidades son muchas. Empujar los sueños es obligado.

Escenario giratorio, cuatro puertas grisáceas, dos dan al interior y las restantes al exterior del departamento. En el primer nivel lo íntimo acontece; en el segundo, malla ciclónica para impedir el cruce de la frontera, reflectores oscilantes para detectar a los “ilegales”. Abajo y arriba, rigurosa finitud.

 

El Gordo no sabe aún de las agresiones, amenazas y advertencias a sus carnalitos enclaustrados. Él no suelta el acordeón ni se detiene. Su único mapa es el viento. ¿Llegará? Pa’ saberlo, vaya usted al Foro Sor Juana Inés de la Cruz.

El dramaturgo de la obra, Jaime Chabaud, se centró en la historia de una joven familia de migrantes, un hermano y una hermana, y un amigo de toda la infancia que comparten departamento. “El hermano que se ha quedado en México cuidando a la madre, que es El Gordo, les anuncia en un mensaje caótico que va hacia Estados Unidos, y están esperándolo. De lo que trata esencialmente es de las malas condiciones laborales en las que trabajan los migrantes y el miedo permanente a ser deportados por los agentes migratorios”, detalla el autor.

La obra aborda este sensible y complejo tema “a partir de la risa, por lo que el montaje, aunque tiene aspectos dolorosos, va más por la comedia”. Eso lo dicen Belén Aguilar, directora, y Mario Espinosa, codirector, de esta puesta en escena que es parte del ciclo Teatro por la Dignidad, donde se presentan “cuatro formas de reinventar el territorio y proponer itinerarios que el espectador podrá seguir con su propia brújula”, según lo expone Juan Villoro en el programa de mano, otro de los dramaturgos de esta serie teatral.

René Chargoy Guajardo

Esperamos al Gordo, obra de Jaime Chabaud codirigida por Belén Aguilar y Mario Espinosa, se presenta el jueves 5 y viernes 6 de septiembre a las 20 horas, el sábado 7 a las 19 horas y el domingo 8 a las 6 pm, en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario. Todos los detalles en www.cultura.unam.mx.