El Patio Chico o Patio de Novicios es la parte más antigua del Colegio de San Ildefonso. Desde el pasado 3 de mayo se abrió al público de nueva cuenta su escalinata para que puedan admirarse los primeros murales del controvertido y siempre transgresor David Alfaro Siqueiros.
En este espacio se halla El Espíritu de Occidente, obra a la que también llamó Los elementos. En el cubo de la escalera se muestra a una imponente mujer alada, misma que representa a la humanidad. A ella se le ve rodeada de conchas de mar, así como de figuras prehispánicas que remiten a fuego, aire, tierra y agua. En el trayecto uno se encuentra con el mural Mujer con rebozo, en el que el pintor hace alusión a la tierra y al origen de la cultura mestiza.
En el muro frontal del segundo piso, Siqueiros pintó Los mitos caídos. Aquí las imágenes de Cristo y Satanás sobrevuelan lo que para el también activista simbolizan la monarquía y la democracia. Con ello hace una crítica mordaz y brutal al autoritarismo, a la tiranía y al despotismo. En el lateral hay un mural alusivo a San Cristóbal como el elemento ideológico de la Conquista. El personaje no tiene rostro.
En otro de los muros se contempla El llamado a la libertad. En éste se aprecia a dos mujeres empoderadas que rompen las cadenas de la opresión. Al frente se tiene un mural más: El entierro del obrero sacrificado, donde su autor destaca el espíritu de lucha de los trabajadores llevado hasta sus últimas consecuencias.
El historiador Jonatan Chávez, coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso, explicó en entrevista que el público no tenía acceso a los murales desde 1992, ya que era un espacio de oficinas que no formaba parte del recorrido en San Ildefonso y solo se podía acceder con un permiso de Vigilancia. “Este espacio no se sometió a las restauraciones arquitectónicas que Ricardo Legorreta estableció en 1993 para el conjunto del edificio, pero ya hubo un tratamiento de restauración del inmueble, lo que se dio en varias facetas”.
Precisó que primero fue la restitución y la restauración de las canteras, así como la estabilización de la estructura arquitectónica. “También se hizo una limpieza de los murales y recientemente la colocación de los cedularios y los ajustes de iluminación, lo cual les da otra narrativa y otra lectura. Se recuperó la visibilidad de algunos detalles, como la hoz y el martillo del ataúd que aparece en un primer plano en El entierro del obrero sacrificado, y el rostro de un niño en El llamado de la libertad”.
Chávez comentó que los colores de los murales se conservan prácticamente intactos pese al paso del tiempo, y esto se debe a que el artista empleó la técnica de la encáustica, que consiste en mezclar pigmentos minerales con aglutinantes oleaginosos o ceras.
Enfatiza que ninguno de los pintores era muralista antes de llegar a San Ildefonso a plasmar sus creaciones de amplias dimensiones. “Siqueiros, al igual que Orozco, Rivera y otros más, no había experimentado con el gran formato, pero ya se podía ver en él la maestría y la habilidad de un artista en proceso de convertirse en uno de los más importante creadores de este país, y que vinculó el arte con la política”.
La labor de integración del espacio, señaló, no consistió en sólo abrir las rejas y así poder acceder al Patio de Novicios, sino que implicó previamente de un programa de limpieza de los murales, del diseño de una narrativa curatorial integral a todo el espacio y destacar los aspectos ideológicos, técnicos y estéticos que Siqueiros dejó asentados en cada uno de sus murales ahí reunidos.
Considera como una gran contribución y acierto la reintegración al conjunto del Colegio de San Ildefonso, ya que fortalece aún más la misión educativa, cultural e histórica de la institución. “Pareciera que San Ildefonso se congeló en el tiempo en ese lugar, pero de una manera muy favorable porque gracias al espacio que ocupa el Patio de los Novicios podemos ver todos estos detalles y construir muchas narrativas de interés para nuestros visitantes”.
Profuso en la descripción de los hechos más relevantes que dieron origen al muralismo en San Ildefonso, Jonatan Chávez anotó que además de ser un movimiento muy crítico fue incisivo y reflexivo, y llegó a ser una práctica artística experimental. “Esa es una de las grandes cualidades del muralismo en el Colegio San Ildefonso: su grado de experimentación”.
El también llamado Patio Chico permanece abierto de miércoles a domingo, de 10 de la mañana a 3 de la tarde. Se realizan visitas guiadas a las 11:30 y 13:30 horas. A la par hay un programa especial denominado Los miércoles son de Siqueiros, donde se organizan talleres en los que se habla sobre las técnicas que usó El Coronelazo para hacer sus murales.
René Chargoy Guajardo