El enfermizo juego de la belleza y el consumo: Colateral

El encuentro será fuerte. Al llegar al intersticio de las salas 7 y 8 del Museo Universitario Arte Contemporáneo, lo primero que verá el visitante será una tubería transparente dentro de la que fluye vómito humano. Se trata de la obra “La tubería Plexiglas de HCl”, que corona Colateral, la primera exposición de Yoshua Okón en el MUAC.

Yoshua Okón. Colateral reúne una selección de obras políticamente incorrectas, 20 años de un trabajo que abre una puerta clave hacia las relaciones internacionales. Los videos y los trabajos en medios múltiples de Okón se concentran en el tipo de interacciones que conllevan la organización social y política de grupos que son activos en lugares de América, Europa y el Medio Oriente.

El artista explica que el trabajo que integra Colateral abarca desde 1997 al 2017, y se completa con una obra nueva, creada específicamente para el museo. Se trata de “Flagging” (2017), intervención en la que Okón crea una señalización lúdica para su muestra. Para esto, produjo doce banderas cripto-nacionales, que hacen referencia directa a las colisiones específicas de identidad (corporativa, social, nacional), desarrolladas en sus proyectos de video.

Los estandartes se camuflan con la iconografía del museo mismo y casi podrían pasar desapercibidos, de no ser por la buena dosis de ironía que los conforma. Al mismo tiempo, “Flagging” dialoga con la pieza “Presenta” (1998), que puede verse en la taquilla. Ambas son trabajos que juegan con la frontera entre ser obra o gesto curatorial; obra o parte de la señalización del espacio.

Dos piezas nucleares de Colateral son “Plexiglas de HCl” y “Toilet” (2016). Ambas estructuras, como en aquella cena del filme El Discreto Encanto de la Burguesía, de Buñuel, en la que todos se sientan a defecar, aluden a la idea de hacer públicas las secreciones privadas.

Okón comparte que la tubería de vómito se le ocurrió a partir de una leyenda urbana que circulaba en los pasillos de la Universidad Iberoamericana en la década pasada.

“Decían que las tuberías de la Ibero estaban picadas por todo el vómito que corría dentro de ellas. La historia me impresionó y me hizo meditar sobre el enfermizo juego de la belleza y el consumo. Me hizo pensar también en el trasfondo oscuro de la cultura”. La anécdota llevó a vislumbrar al artista qué pasaría si en vez de que las tuberías estuvieran enterradas en el subsuelo, alguien las sacara y las hiciera transparentes, las pusiera a la vista de todos. La ideología que se esconde detrás de cada acto en nuestro sistema de consumo es un flujo real, el vómito de la pieza también lo es, explica.

“Toilet”, por su parte, se integra de un retrete completamente funcional colocado al centro de la exposición, entre las dos salas. “Cualquiera podría llegar hasta él, sentarse y usarlo”, propone Okón.

En palabras de John Welchman, curador de la muestra, la pieza, de inevitable referencia al mingitorio de Marcel Duchamp, funciona simbólicamente como un “…glamour falso, una desmitificación y una dosis de bathos flatulento que remite a las inevitables evacuaciones cotidianas del cuerpo.”

En la muestra, también pueden verse videos del artista que documentan marchas en Chille y Bocanegra; la toma travelling de la cadena de producción o las jornadas agobiadoras que aparecen en “Canned Laughter”; además de los bailes geriátricos alrededor de un tótem fantasmal en “Indian Project”; y los rebotes belicistas que atraviesan el estacionamiento de un Home Depot en Los Ángeles en “Octopus”.

Jorge Luis Tercero

Yoshua Okón. Colateral se exhibe en las salas 7 y 8 del MUAC hasta el 11 de febrero de 2018. Más información en www.cultura.unam.mx.