El eclipse total de Sol en la pieza dramática de Carlos Olmos, es el fenómeno natural que funciona como marco simbólico para mostrar los conflictos internos de seis personajes que enfrentan una aterradora noche cósmica. El mismo autor de la obra El Eclipse, estrenada en el Teatro El Granero en1990, espacio escénico al que en 2003 se le añadiría el nombre de Xavier Rojas, refirió en su primera puesta en escena que el olvido y la desolación parecen aislar en un mundo cerrado a las cuatro mujeres y dos hombres que protagonizan la historia, pero que han de ser la pobreza y la incertidumbre las que justamente ensancharían los confines del drama.
Frustraciones y miedos se van revelando conforme se aproxima el eclipse. “Sombras, voces y murmullos brotan sabrá Dios de dónde”, en tanto cada uno de los seis personajes “reflexiona sobre el futuro a la luz y a la sombra de sus íntimas contradicciones”.
Doña Dominga, la abuela, lo hace desde sus recuerdos más preciados; Elia, su hija y quien transita por su 34, lo expresa contando sus anhelos nunca cumplidos; Indira, la nieta graciosa y perspicaz adolescente, volcándose en juegos erráticos como la quinceañera ilusionada que es; Mercedes, la nuera, aparentando ser la madre estricta y fuerte, sin aceptar sus debilidades, aunque muchos no entiendan que ella es capaz de hacer todo cuando se trata de salvar a los hijos; Gerardo, el mayor de ellos y maestro de escuela, convenciéndose de que cada día está más lejos de todo lo que quiere, y ya no es opción para él quedarse en casa; Mario, el imprevisto huésped y pareja de Gerardo, haciéndose pasar por fotógrafo para estar más cerca de su amor clandestino.
“Para estos seres marginados lo único nuevo bajo el Sol es la repentina oscuridad, en cuyo núcleo estallan los viejos conflictos familiares y sociales que han marcado su destino”, comentó Carlos Olmos en la contraportada de su texto publicado por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM hace ya 33 años.
Dominga advierte que con el eclipse llegaran los infortunios para la familia, algo muy penoso está por ocurrir, y no hay mucho qué hacer para evitarlo, sólo queda aguardar expectante. El mal baja a donde ella vive con los suyos y a su entender la vida se acaba cuando se mete el Sol, por lo que sugiere como último recurso usar tinas, cubetas y latas viejas como si fueran tambores, y así ayudar a la Luna en su lucha contra el Sol. “Hay que espantar a la bestia para que ya no muerda”, lo dice una Dominga que vive triste desde el accidente en que perdió la vida su Efraín, el primogénito y consentido.
“Cosas malas siempre las anuncia el cielo”, son sus palabras premonitorias. Dominga es una mujer de sesenta años, acostumbrada a pensar la vida sentada en su mecedora de bejuco que está instalada en un balcón de madera, y desde donde observa el amplio y viejo galerón adaptado como restaurante playero, mientras que de vez en vez habla con sus plantitas que la distraen de otros asuntos mayores.
El devenir de una familia que habita la costa chiapaneca está por presenciar uno de los fenómenos astronómicos más intrigantes, y sobre el que prevalecen ciertos prejuicios y mitos, un eclipse solar, lo que marcará un antes y un después en sus respectivos caminos.
La obra se estrenó en mayo de 1990 con el reparto: Beatriz Aguirre, Marta Aura, Gastón Tuset, Betzabeth S. González, Lilia Aragón y Armando Palomo. La dirección fue de Xavier Rojas y la escenografía de David Antón. El 13 de octubre de este 2023, un día previo al eclipse solar anular, se presentó la versión de Caracola Producciones en el Teatro Santa Catarina, en Coyoacán.
La adaptación de Jimena Eme Vázquez le da otra dimensión al texto a partir del uso de imágenes construidas con objetos miniatura, títeres, muñecas, telas, proyecciones, luces y sombras. Esta historia realista en la que caben sueños, revelaciones, pérdidas, decepciones y lágrimas, mantiene al espectador muy atento al conflicto dramático.
Gina Botello dirige la adaptación y logra conservar la genuina carga dramática de la obra original, además de que cuida fielmente las seis caracterizaciones que sostienen al conflicto. El Eclipse conecta con el público y lo conduce por una experiencia visual poderosa y con muchos referentes concretos. Es un trabajo teatral con diversas capas que muestran progresivamente la construcción del mundo interior de cada personaje, tan humano y ambivalente como cualquiera de nosotros. La empatía como eje.
El elenco lo integran Gabriela Núñez, Carolina Contreras Valadez, Sol Sánchez, Renée Sabina, Iván Zambrano Chacón y Alex Moreno del Pilar. El Eclipse es la más personal de las obras teatrales del dramaturgo y guionista Carlos Olmos, fallecido en 2003. Fue inspirada por el paisaje, la música y los mitos de su niñez. El tema y su atmósfera moral, ha dicho el propio autor, responden a sus inquietudes de ese momento.
La actriz Sol Sánchez en entrevista para los medios reconoce que “Carlos Olmos tenía una pluma fantástica y una capacidad para crear personajes con muchísima claridad y potencia, además de construir tramas bellas y muy interesantes”. Esto mismo el público lo podrá constatar al asistir a una de las cuatro restantes funciones de El Eclipse, que forman parte del programa que ofrece el Festival CulturaUNAM 2023. De esta manera se hace un pequeño homenaje al reconocido dramaturgo chiapaneco Carlos Olmos, creador también de telenovelas como Cuna de lobos, El extraño retorno de Diana Salazar, Sin pecado concebido y Acompáñame.
El texto El Eclipse se hizo acreedor a los premios Juan Ruiz de Alarcón 1990; Sor Juana Inés de la Cruz 1991; y Chiapas de Literatura Rosario Castellanos 1991. Las funciones son jueves 19 y viernes 20 a las 8 pm, sábado 21 a las 7 de la noche y domingos 22 a las 18:00 horas.
René Chargoy Guajardo