Con el fin de conmemorar los 400 años de la muerte del escritor Miguel de Cervantes y Saavedra, durante la Fiesta del Libro y la Rosa 2016 se realizó la mesa redonda “Cervantes entre nosotros”, con la participación del filólogo español José Montero Reguera, Rosa Beltrán e Ignacio Padilla.
La paradoja de una obra conocida que no se lee
José Montero destacó que “Cervantes fue un escritor que supo encontrar una magnífica combinación entre lengua, estructura, ingenio y artificio que le ha permitido mantenerse a la cabeza de todos los escritores de la tradición occidental”; mientras que Ignacio Padilla afirmó que el secreto de la vigencia de Cervantes es “que no hay nada indescifrable, nada hermético o que no podamos aprender del Quijote”. Ambos concordaron en que El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, a pesar de ser la obra más conocida de Miguel de Cervantes, es muy poco leída, razón por la cual es necesario promover su lectura: “El Quijote es un libro que mucha gente no ha leído, sin embargo el personaje es conocido a la perfección”, dijo José Montero.
Sobre el significado del Quijote, como personaje
Los participantes reflexionaron sobre la imagen popular del héroe quijotesco. Ignacio Padilla mencionó que ésta proviene de la interpretación romántica alemana que terminó por transformarse, hasta ser parte del repertorio de Broadway, al ser transcrita en el musical llamado El hombre de la Mancha, en la que a diferencia de la novela, el Quijote muere loco y Dulcinea existe.
Según Padilla, “los románticos alemanes lo leyeron sin sentido del humor y entonces crearon la idea de que Don Quijote era el arquetipo de lo ideal y Sancho Panza de lo real”. También afirmó que la figura que pretendía Cervantes mostrar del Quijote era una imagen del ideal destinado al fracaso, pero ésta no trascendió.
Montero agregó que “Si volvemos a ver los textos, estos proporcionan sorpresas que uno no ve”. Como ejemplo, el personaje de Sancho, que no era bajo ni gordo, como el arquetipo popular, sino que tenía las piernas largas y era delgado. “Es el mito, la figura, la imagen que se ha creado y que se ha mantenido, pero que en este caso no responde a la descripción del autor”. El filólogo recordó un fragmento del prólogo de Cervantes: “Lector, tú tienes libre albedrio para decir de este libro lo que tú quisieres”, por lo que el lector al final es el que decide cómo interpretar y qué hacer con la obra.
Leer con los ojos y los oídos
Los especialistas afirmaron que la gran recepción de la obra también se debió a que ésta había sido pensada para ser escuchada, lo que hizo que tuviera una gran difusión: “La literatura no sólo se leía, se oía leer. Y las referencias a lectores u oidores son frecuentísimas en la época, el Quijote es un magnífico ejemplo de ello”, destacó Montero.
El mito de Cervantes
Por último, los exponentes mencionaron que la imagen de Cervantes ha sido mitificada de la misma manera que el Quijote. Por ejemplo, la relación que tuvo éste con el poeta Lope de Vega no fue de pugna sino de amistad, según afirma Montero. Por suerte, agregó Padilla, existen nuevas biografías que permiten conocer de forma más clara y precisa la vida de Cervantes que no fue precisamente tranquila sino llena de dificultades y desafíos.
Kevin Aragón