Una retrospectiva de Yves Klein, el icónico enfant terrible del arte actual, se exhibe por primera vez en México y Latinoamérica en el MUAC. La muestra incluye 75 obras que el francés realizó a lo largo de ocho años de trabajo y una amplia gama de documentos, fotografías y películas, que conforman un antecedente de las prácticas artísticas contemporáneas.
La exposición se plantea a partir de una secuencia cronológica que permite apreciar los diferentes matices y planteamientos de Yves Klein, sus tres preocupaciones principales: la monocromía, la materialidad de la carne y el arte como campo inmaterial.
El curador de la exposición, Daniel Moquay, describe a Klein como un artista que siempre intentaba hacer cosas nuevas y estaba adelantado a su tiempo. En siete años, Klein creó más de 400 obras y escribió más de mil páginas. “Era un personaje que intentaba siempre hacer cosas inusitadas y para mí su obra más importante es el concepto de la inmaterialidad en el arte”.
La exhibición incluye el primer monocromo pictórico color naranja hecho por Klein, “Expression de l’univers de la couleur mine orange” (“Expresión del universo de color naranja plomo”) en 1955, presentado para su inclusión en el Salon des Réalités Nouvelles y rechazado por el jurado, bajo el argumento de que una pintura estaba conformada por al menos dos colores.
El recorrido continúa con una serie de monocromos de distintos colores que son el antecedente del periodo azul, que inicia con su exposición doble Proposiciones monocromas en la Galería Colette Allendy y la Galería Iris Clert en París (1957). En este periodo, basa su proyecto artístico en la concepción de un color: el Azul Internacional Klein (IKB por sus siglas en inglés), como un campo de sensibilidad inmaterial.
En otro apartado, se muestran distintos objetos que Yves Klein trabajó, como esponjas marinas, ramas, esferas y entre otros elementos, que al ser pigmentados con el azul Klein se transforman en esculturas de color ultramar.
Klein concibió el arte pictórico como una acción corporal y carnal, con la utilización de cuerpos como “pinceles vivos”, este trabajo está incluido en la serie Antropometrías, con la cual Klein incursionó en el performance.
El concepto de impregnación, también fundamental en el trabajo de Klein, lo lleva a crear la serie Pinturas de Fuego, y obras elaboradas con viento y agua. En ellas, la naturaleza se infiltra en el cuadro a través de la corrosión ocasionada por el fuego, el viento y el agua. El pincel es un lanzallamas, o el viento que marca y devasta la superficie pictórica.
Klein reflexiona sobre la noción del valor de la obra de arte a partir de la transferencia en oro y crea la serie “Monocromos en oro” (1960-1961) y la pieza “Zonas de sensibilidad inmaterial pictórica” (1962), que le sirven para hablar sobre el arte como campo inmaterial y el vacío.
Mina Santiago
Yves Klein se exhibe en las salas 1, 2 y 3 del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) hasta el 14 de enero de 2018. Consulta los detalles en www.cultura.unam.mx.