Grandes Maestros.UNAM tiene en línea y de manera gratuita el curso Irène Némirovsky: Marginalidad y creatividad novelística en tiempo de guerra, impartido por el escritor y dramaturgo Francisco Prieto.
Previo a la primera sesión de cuatro, la coordinadora de Difusión Cultural, Rosa Beltrán, dijo que Némirovsky, nacida en Kiev, ahora capital de Ucrania, es una de las autoras más notables y representativas de su época y, sin embargo, desconocida para muchos. Recordó que el 17 de agosto, día en que inició el curso, se cumplían 80 años de su asesinato en el campo de concentración de Auschwitz, lugar al que fue llevada en 1942 pese a que se había convertido al catolicismo.
“Este curso habla de marginalidad, resistencia y creatividad en tiempos de guerra. Se trata de una de las autoras que habla de las diferencias. Celebró que Paco Prieto, novelista y profesor muy connotado, además de comunicador, sea quien lo imparta porque suele hacer fácil lo que es difícil”, apreció Beltrán.
En la primera sesión, Prieto expresó que Irène Némirovsky es una novelista natural, creadora de personajes y escritora prodigiosa. “Con todo, tanto ella como su obra fueron y han sido sobrevivientes. A 80 años de su muerte en la cámara de gas, el 17 de agosto de 1942, su narrativa dejó expuestos vicios de la sociedad en todos los niveles e ideologías. Es una novelista a la que admiro profundamente, que me sedujo e hizo vivir otras vidas, salir de la prisión del Yo y entrar a otras existencias”.
Refirió que la institutriz de la autora fue quien la introdujo a la literatura y a la lengua francesa. Némirovsky se exilió en Francia por la Revolución rusa… “Le faltó la ternura de la madre y se encontró con un padre que no sabía cómo dar amor, eso la obligó a meterse en sí misma. Vive en una situación límite que la hace salir de Rusia, que no era del todo su nación porque tenía poca relación afectiva con sus padres, quienes se supone son los primeros en darnos una patria. En ella hay un rechazo, un distanciamiento radical”.
“Para ciertos franceses -apuntó Prieto- era una reaccionaria, una mujer destinada a ser excluida y ser vista con suspicacia, como si se tratase de alguien peligrosa. Lleva dentro de sí la necesidad de vivir otras existencias, de preguntarse cómo es posible ver el mundo desde otras experiencias. Es una escritora que tiene que expresarse en una lengua que no es la suya, dentro de un país que no es el suyo, contando historias que tienen que resultar verosímiles”.
Consideró que tal vez sea ella la primera novelista de los transterrados, de aquellos que dejaron su país. “De ahí que sus personajes tengan una experiencia análoga a la propia. Son apátridas”. Némirovsky se ve obligada a entender a los franceses, así como al mundo al que llega y a su tradición, para hacer novelas que fuesen comprensibles y que, por lo tanto, le ganasen lectores.
“El editor Bernard Grasset le publica su primera novela: David Golder. En ella nos habla del padre judío ucraniano y de la madre voluptuosa, sensual y frívola que veía a su hija como un objeto. Nos relata la decadencia de ese hombre que se da cuenta que solo vale por su dinero para los que le rodean. Muestra cómo se va formando ese sentido de la soledad de la hija que ve a su madre como una rival y concibe a la figura del padre como la de alguien necesitado y ausente”. La novela se llevaría a la pantalla en 1931, en una película que dirigió Julien Duvivier y protagonizaron Harry Baur, Paule Andral y Jackie Monnier.
Su segunda novela, El baile, también sería adaptada al cine y estrenada igualmente en 1931 bajo la dirección de Wilhelm Thiele. “Le bal es una novela corta que es pura ficción y en la que todos los personajes están vivísimos. Uno siente que se halla frente a una existencia que se cuestiona y es contestataria, con la cual te identificas. Llegas a percibir que tu soledad es cada vez menor porque sientes una compañía. Te das cuenta de que hay otras personas que han padecido como tú”.
“En sus novelas El vino de la soledad y El maestro de almas nos encontramos con personajes transterrados, lo que para Francia resultaba algo novedoso en la literatura de ese tiempo. Sus novelas nos siguen hablando y conmoviendo a todos. Sus personajes nos invitan al diálogo y a la problematización de nuestro entorno y de nosotros mismos”, destacó.
Para cerrar la sesión, el autor de El calor del invierno e Ilusiones tardías valoró que, siendo extranjera en todos los sentidos, hizo novelas verosímiles, absolutamente creíbles y, al mismo tiempo, desafiantes. Las suyas son también novelas amables, es decir, impregnadas de poesía. Irène Némirovsky es una poeta de la narración y de la novela. Es una novelista contemporánea nuestra”, concluyó Francisco Prieto.Las siguientes tres sesiones del curso serán los días 24 y 31 de agosto y 7 de septiembre, a las 17:30 horas a través de la página de Facebook de Grandes Maestros.UNAM y el canal de YouTube de Cultura en Directo.UNAM.
René Chargoy Guajardo