Cuenco, proyecto ganador del certamen de arquitectura Pabellón Eco 2023

Cuenco, proyecto ganador de la decimotercera edición del concurso Pabellón Eco, está en exhibición en el patio del Museo Experimental El Eco hasta el 30 de julio. Con la instalación, consistente en un gran lienzo circular suspendido por cordones, se propone una experiencia contemplativa que viste al lugar “de un sentido temporal, perceptible y cinético, a través de la construcción de una sombra flotante”.

La propuesta es del despacho de arquitectura OCIO taller, junto con la arquitecta paisajista Bianchi Majer, el diseñador Nicolás Guzmán, la filósofa Angélica M. Pena y el biólogo Andrés Lira, un equipo multidisciplinario con distintas perspectivas, hombres y mujeres pensantes y en diálogo, dispuestos a experimentar con la idea de construir una máquina del tiempo para medir la transformación de las cosas, un sistema que evidencia el paso del tiempo en el Museo El Eco, una suerte de observatorio ambiental.

El arquitecto Martín Gutiérrez, integrante de OCIO taller, explicó en entrevista que al proyecto le llamaron Cuenco porque se materializa como un gran recipiente que recoge elementos del ambiente, incluyendo agua de lluvia. En ese proceso de acumulación a lo largo de los días, la espacialidad del patio del museo cambiará completamente mientras el plato de la instalación se debate en la búsqueda de un equilibrio entre la Tierra, que lo atrae en respuesta de su masa, y la tensión estabilizadora que lo sostiene.

“Nos preguntamos cómo saber en términos arquitectónicos y espaciales qué es lo único que le faltaba al patio del museo para ser habitable y más cómodo. Encontramos que el elemento ausente era la sombra, así que la producida por el cuenco nos muestra el paso del tiempo. Queríamos concretar cierta concientización de lo que significa el ambiente y la meteorología, de cómo el ser humano ha deformado el ambiente, y que esto se viera reflejado en este gran lienzo que es el cuenco”, explicó Gutiérrez acerca del propósito del proyecto.

“Nos enfocamos en evidenciar el paso del tiempo mediante la espacialidad que se transforma. La idea es hacer un mapeo diario de qué sucede: si llueve o no, si creció en la lona una planta, un hongo u otra especie. Es como una proyección de actos durante noventa días de qué va a suceder y cómo se va a transformar. La idea de este pabellón es visualizar la transformación del espacio a partir del cuenco. Existe el misterio y suspenso de qué va a pasar, sin duda es un ejercicio físico, además de espacial y ambiental”, agregó.

Gutiérrez apuntó que es una intervención arquitectónica y una instalación, pero también un experimento en un espacio específico, a la vez que una proyección ambiental. “En su momento sabremos qué tanto intervino en la transformación el aire, el árbol, la jacaranda, los agentes biológicos o los pájaros. El que Cuenco genere preguntas en el visitante en lugar de respuestas, me parece fantástico”.

“No queríamos poner una pieza monolítica arquitectónica ortodoxa dentro del patio. Buscamos aportarle desde sus propias condiciones morfológicas una nueva espacialidad, conectar o tejer de alguna manera el cuenco con el patio, hacerlo con otro lenguaje. Para concretar este propósito, antes tuvimos que pasar por muy distintas propuestas. Poco a poco fuimos encontrando el camino, incluso  mezclando algunas de ellas para llegar al resultado final una semana antes de la entrega, ya casi rayando. Fue un proceso increíble, que por cierto tenemos documentado. La última y definitiva propuesta es una especie de Frankenstein de todo lo que propiciamos previamente. El proceso de diseño fue un experimento como tal  y nos pareció sensacional”, precisó el entrevistado.

El equipo creador dice que Cuenco “rebasa las fronteras de la arquitectura vista como una unidad discreta y estática, anclada a la historia”, lo que Gutiérrez confirma, consciente de que cada elemento dispuesto en la pieza transmite y articula el ritmo natural de El Eco. “Juego de opuestos, el algodón y su desgaste, causa-efecto del agua de lluvia y el sol en su danza periódica de evaporación y precipitación”.

Al cierre de la entrevista se le solicitó que sintetizara en tres palabras el proyecto. Respondió pausadamente: Sombra, transformación y máquina, en tanto en el patio del Museo Experimental El Eco el espacio se contrae y se dibuja una frontera circular a través de la construcción de una sombra flotante.

En el certamen Pabellón Eco 2023 se registraron 172 proyectos provenientes de 16 estados de México y otros tres países. El jurado estuvo integrado por Gabriela Carrillo, Santiago Borja, Diego Rivero Borrell y, en representación del museo, su directora, Paola Santos Coy, y el curador David Miranda.

René Chargoy Guajardo