Cremación , psicodrama familiar que confronta

Con Cremación, de Juan Villoro, concluye el ciclo Teatro por la dignidad que inició el primero de agosto y en el que se presentaron cuatro obras de autores mexicanos en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario. La pieza trata de la frontera y la compleja identidad al interior de una familia que se ha desmembrado a raíz de la pérdida de la madre, primero, y luego del padre gringo, un fugitivo de la guerra de Vietnam que se trasladó a México en busca de refugio.

 

Villoro, el reconocido y muy gustado cronista, narrador y ensayista, incursionó en la dramaturgia teatral hace catorce años con la escritura de Muerte parcial. En Cremación expone los deseos, incertidumbres y reclamos entrecruzados de cuatro hermanos en orfandad, para quienes su madre fue un ser invisible y callado, y el padre un ausente, un alíen, fanático de la serie televisiva inglesa de los años sesenta Guardianes del espacio, de cuyos protagonistas habrían de heredar sus respectivos nombres con ligeras variantes.

La última decisión del padre será partir de Calexico, California, para reunirse nuevamente con sus hijos, siguiendo la ruta de los ilegales. No habría de llegar a su destino, su cuerpo inerte se hallaría en el desierto días después a que iniciara su travesía. Durante su cremación, los cuatro hijos mexicanos conversan acerca del padre mientras él se reduce a cenizas. Cada quien hace remembranzas de la infancia y adolescencia que les tocó vivir cuando aún su progenitor hacía acto de presencia en casa por breves temporadas. En tanto esperan recibir las cenizas en una urna, dos hombres y dos mujeres de diferentes edades y tamaños, remueven su dolor, escarban en la densidad de sus culpas, se confrontan y acusan mutuamente de las carencias compartidas.

El tono se mantiene constantemente arriba. La catarsis se provee de jaloneos, tirones, abrazos muégano, indirectas y marcaje de territorios. Los hermanos, que sólo se reúnen en operaciones y cremaciones, son igualmente fugitivos de sí mismos. La menor, Juanita, es la artista conceptual, amante puberta de la sirvienta Yola, en el autoexilio; Alina, antes paciente consuetudinaria en el diván, es ahora la solitaria terapeuta sin perro fiel que le ladre; Scott, el mayor de todos, un dentista e involuntario mediador de conflictos familiares; y Gordon, un materialista untador de patés. Los cuatro hablan del padre que tuvieron y que no tuvieron.

 

En Cremación predomina la parte discursiva, la acción es mínima y la transformación de los personajes una asignatura pendiente. Uno supone que poco o nada habrá de cambiar en ellos, los Guardianes del espacio, luego de intercambiar descalificativos, desnudar sus hermanadas almas y preguntarse: ¿Qué quería papá de nosotros? En sus voces se advierte tensión, prevalecen los desacuerdos. En la sala de espera del crematorio, la desconfianza y los encendidos señalamientos alimentan el diálogo de sordos. En algo concuerdan: El desierto es el deshuesadero de todas las ilusiones.

Cremación, psicodrama familiar que invita al espectador a cruzar la membrana de la realidad. Un pequeño empujón para que descubramos que nuestra frontera la llevamos en la sangre y en el ADN, y de paso reflexionar por qué en México hasta el viento es forense.

Aires de familia en la dirección y actuación: Luis, José María y Pedro de Tavira, éste en el papel de Gordon. Los otros tres personajes son encarnados por David Hevia, Stefanie Weiss y Daphne Keller. Escenografía de Jesús Hernández; iluminación de Gabriel Pascal; vestuario de Jerildy Bosch; diseño y musicalización de Pedro de Tavira. Producción ejecutiva: Viridiana Nárud y Stephanie León. Producción general: Teatro UNAM. Un colectivo que hace combustión.

René Chargoy Guajardo

Cremación, obra con dramaturgia de Juan Villoro, se presenta jueves 19 y viernes 20 de septiembre a las 20 horas, sábado 21 a las 17 y 20 horas y domingo 22 a las 6 pm, en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario. Todos los detalles en www.cultura.unam.mx.