Contra la mala suerte: Tocar madera

Entras a una sala muy iluminada, con las puertas y ventanas abiertas. En una de las paredes está colgado un cuadro que resguarda la imagen de un gato negro. Tú, por impulso, lo esquivas. Diriges la mirada hacia otro lado, hacia abajo del cuadro, y a tu campo de visión se incorpora una mesa; sobre ella, han dejado el infinito trazado con frascos de Siete machos, para el amor, para la buena suerte. Buena suerte porque para entrar a la sala siguiente hay que pasar debajo de una escalera. También puedes darle la vuelta, entonces encontrarás un fragmento de God, canción escrita por John Lennon: “I don’t believe in magic”.

Contra las muertes, el desempleo, los engaños políticos, las migraciones forzadas y la xenofobia, los huracanes y las visitas de Estado al lugar de la catástrofe. Para conservar la salud, para que alcance la quincena, para caber en el metro cuando sea el momento de regresar a casa. ¿A qué recurrimos cuando las explicaciones racionales no son suficientes y las acciones permitidas no surten efecto para que la vida mejore?

Tocar madera, de Rodolfo Díaz Cervantes, es una exposición en la que los objetos comunes —copas, herraduras, jabones, cerillos, hilos, sombrillas— se impregnan de significados extraordinarios, cuya magia depende de los otros artículos con los que convivan y de la persona que se encuentre con ellos.

En la puerta de la segunda sala, nos recibe una escoba con las cerdas hacia arriba: tanto por si hay alguna visita indeseada, como para llamar la buena suerte. Por si ésta se muestra sorda, a continuación veremos una herradura y un candado, la efectiva pata de conejo los acompaña y también un cuchillo clavado en la pared, para apartar cualquier vibra negativa. Pero la sombrilla negra, que está abierta dentro de la habitación y colocada encima del piano enfundado, se resiste a la idea de que todo sea siempre una racha buena, ¿a qué nos sabría la vida sin un poco de sal? Si te sientes desprotegido, camina un poco más por la sala y hallarás un hilo rojo y una bolsa con huayruros, dicen que son amuletos contra el mal de ojo.

La exposición de Díaz Cervantes muestra que existen otras maneras de explicarnos el mundo cuando la razón y la filiación a los programas de salud tienen que ser auxiliados por elementos a los cuales les conferimos un valor mágico.

Carina Vallejo Fuentes

Tocar madera de Rodolfo Díaz Cervantes se exhibe en Casa del Lago del 22 de octubre al 14 de febrero del 2016. Consulta los horarios de visita en: www.cultura.unam.mx.