Biomímesis: ¿Cómo se escucha la naturaleza?

El Espacio Sonoro de Casa del Lago se compone de varias bocinas dispuestas en uno de los jardines, las cuales a determinada hora del día se activan y reproducen sonidos cuyo cometido es presentar al visitante la realización acústica del lema del recinto: Arte + Medio ambiente. Es decir, el objetivo de este espacio es ligar nuestros sonidos, los sonidos creados por los humanos de manera artificial, con los sonidos del ambiente natural del Bosque de Chapultepec (aunque el mismo bosque sea ya albergue de una gritería proverbial, sonidos de matracas, silbatos y toda clase de artefactos, especialmente, los fines de semana).

La pieza Biomímesis, que se reprodujo durante el mes de marzo en el Espacio Sonoro, indica en su nombre la búsqueda de una imitación realista de los sonidos de la vida “natural” o silvestre del Bosque de Chapultepec a partir de los producidos por aparatos electrónicos que todo el tiempo le notifican cosas al abrumado usuario. Supongamos que un curioso visitante llega a Casa del Lago y, sin saber de dónde provienen (porque no se ha enterado de la existencia del Espacio Sonoro), comienza a escuchar una serie de sonidos repartidos entre las ocho bocinas del espacio. De repente, es un click de un lado, luego un sonido opaco del otro, todos breves, como si furtivamente asomaran la cabeza por las bocinas para hacer un fugaz acto de presencia.

Ciertamente, los sonidos se confunden, en algunos momentos el visitante imaginario duda si lo que acaba de escuchar es un sonido humano o el canto de un ave. ¿Será una buena señal confundir la representación con el referente, o sea, el sonido de la bocina con el canto de un pájaro? Tal vez, la verdad sea que el celular es la prisión de mil aves, que el bosque esté poblado de teléfonos que pían o simplemente que la mímesis de los sonidos es tan acabada que no se distingue lo uno de lo otro. Cualquiera de las respuestas es válida.

Las asociaciones por hacer son infinitas. Pongamos a modo de conclusión una que hicieron cuatro visitantes reales (Ixchel, César, Alejandro y Rubí): ese conjunto de sonidos un poco dispersos, tal vez inconexos, pero juntos por lo menos en cuanto al espacio, se parece al free jazz.

José Alfredo Valerio Luna

El Espacio Sonoro de Casa del Lago presenta una pieza distinta cada mes. Para estar al tanto de las activaciones, visita www.casadellago.unam.mx.