El miedo, la corrupción, la doble moral, el abuso de poder, la adicción, la soledad, el odio, el racismo y la homofobia habitan en las calles de Nueva York a mediados de los años 80, durante la era de Reagan y el reconocimiento del sida como una epidemia en Estados Unidos.
La obra Ángeles en América. Pimera parte: El milenio se aproxima, de Tony Kushner, retrata una sociedad estadounidense enferma que parece haber llegado a una especie de juicio final ante el inminente arribo del tercer milenio. Un milenio que, aún sin veredicto, se resiste a dejar aquellos días con Donald Trump como su principal heredero.
Joe Pitt, mormón republicano, es un joven abogado con una carrera prometedora. Es leal y busca ser congruente con sus valores y su moral, pero enfrenta una batalla interna que no le da paz: es gay y ya no puede reprimir sus emociones. Su esposa, Harper, adicta al Valium, lo sospecha. Él la llama “amiguita” y nunca tienen sexo.
Por otro lado, están Prior Walter y Lou, una pareja gay con una dura prueba de amor. Prior confiesa a Lou que tiene VIH. Conforme avanza la enfermedad, Lou se aleja hasta dejarlo solo y a su suerte en el hospital; la culpa y la cobardía por su egoísmo lo atormentarán constantemente. Durante este proceso, Lou conoce a Joe.
En medio de la crisis de estas dos parejas, se encuentra Roy Cohn, jefe de Joe que promete darle un puesto en el Departamento de Justicia en Washington, un influyente y experimentado abogado que se jacta de su poder. Corrupto, fraudulento, impune, anticomunista, homofóbico y gay de clóset. El “diablo” le dicen algunos.
Y aunque Cohn es diagnosticado con sida y empieza a vivir los estragos de la enfermedad, para él no hay dilemas éticos ni moral, sólo hay “sangre” en una vida donde no cabe ser “lindos” para lograr las ambiciones personales y ejecutar el poder a su antojo, como se lo hace ver a Joe, a quien busca apadrinar y guiar en este supuesto camino del éxito.
Cohn es el mal personificado en la obra y da miedo pensar que existió, que fue un personaje real y que fue el mentor y amigo del hoy Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Golpear, golpear y sólo golpear, dicen que fue el mayor consejo del ex fiscal neoyorquino, abogado de mafiosos también, al hoy inquilino de la Casa Blanca.
Aunque Ángeles en América esté ambientada en los años 80, el retrato de Estados Unidos aún es vigente. El VIH no acorrala igual al país, pero sí la soledad y una crisis de opiáceos que mata a decenas de personas todos los días. Se ha avanzado en la lucha contra la homofobia, pero los conflictos raciales y la discriminación se han agudizado. Los republicanos gobiernan, pero ellos mismos se han visto sorprendidos por los hechos y dichos de su Presidente, un orgulloso ahijado de Roy Cohn.
Eloísa Farrera Hernández
Ángeles en América. Pimera parte: El milenio se aproxima, dirigida por Martín Acosta, se presenta en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón hasta el 30 de junio. Consulta horarios en www.cultura.unam.mx.