A propósito del borde de las cosas, nuevos caminos para recorrer un espacio

Enormes muros negros segmentan el interior del Museo Experimental El Eco hasta convertirlo en un nuevo espacio. Nos reciben desde la entrada y la barra y nos guían hasta la galería central; uno cruza a través de la estancia y otros se extienden hasta el jardín donde se levanta la torre amarilla del recinto.

Se trata de la instalación A propósito del borde de las cosas, de Luis Felipe Ortega, que propone una relectura en torno al espacio, además de dar la posibilidad de dialogar directamente con algunos conceptos de Mathias Goeritz: formato, puntos de fuga, luz y espacios en sombra. En los muros de las salas, también se puede ver una serie de dibujos con grafito, que presentan trazos sólidos con líneas que, según el autor, sirven para generar ruidos.

Luis Felipe Ortega explica que la muestra es una exploración que trabaja a nivel conceptual. El artista traza sobre el recorrido habitual del edificio otros nuevos caminos posibles; él busca cerrar una ruta o constreñirla a partir de muros y, al mismo tiempo, se pregunta qué hará el espectador ante ese gesto. “Mi pregunta es si el espectador cruzará o no; y por qué”. En ese punto, se establece un juego mental con los otros cuerpos que Ortega, representante del grupo Temístocles, busca en la mayoría de sus obras, la reflexión al estilo Michel Foucault, sobre el cuerpo, lo político y lo material.

Es una lectura radical que abarca todas las salas del museo, desarrollada a través de nociones de penumbra y misterio, bajo la forma de una escultura habitable, detalla Ortega, quien, además de la teoría de Foucault, se nutre de la obra de Samuel Beckett y Toshiro Tanizaki para este proyecto.

Sobre la estructura que cruza hacia el patio, el autor explicó que es la más significativa porque desarticula el recorrido funcional más importante del museo. A partir de ese punto de fuga, entran en juego una serie de elementos que se mezclan y se contraponen, como la relación de peso y levedad. La pieza albergada en la Sala Mont es una línea de luz que sirve para restar peso dentro del proceso de compresión al que ha sido sometido el espacio, detalla Ortega.

“Quisimos convertir la Sala Mont en un pasillo muy estrecho, un espacio de mucho confinamiento, pero a la vez lúdico; marcado con un gesto, un punto de fuga que la luz abre, descomprime”.

Como parte de la inauguración, se realizó una activación de la pieza a partir de la lectura de la obra La Compañía, de Samuel Beckett, a cargo de José Luis Sánchez Rull. También se llevó a cabo un performance de danza, en el que Tania Solomonoff y Anais Bouts propusieron nuevos recorridos y gestos entre los muros que intervienen el espacio del museo. “Se buscó regresar el arte a una reflexión carnal, a través de lo político e ideológico, pero donde al final toda la obra es un cuerpo”, compartió Luis Felipe Ortega.

Jorge Luis Tercero

A propósito del borde de las cosas se exhibe del 10 de junio al 27 de agosto en el Museo Experimental El Eco. La entrada es libre. Consulta horarios de visita en www.cultura.unam.mx.