Comúnmente asociamos la materia de Historia a memorizar fechas y acontecimientos relevantes; datos de los que podemos librarnos y continuar nuestras vidas sin mayor problema. Sin embargo, al estudiar Historia no sólo nos encontramos con los errores del pasado; también se nos obsequian pistas de cómo vivir en el presente; una sabiduría atrapada, lista para ser consumida.
La arqueología, ciencia auxiliar de la Historia, recupera y analiza los remanentes materiales de poblaciones humanas del pasado. Recrea cómo debieron haber sido sus ciudades; sus costumbres y tradiciones; actividades religiosas; gastronomía; acciones marciales; y más. Todo con el estudio de un cúmulo de objetos enterrados en las arenas del tiempo.
Murmullos de la tierra, exhibición realizada por el colectivo Sangree, invita a cuestionar cómo se verían nuestras sociedades en el futuro. ¿Qué sucedería si repentinamente desapareciéramos? ¿Si un día cualquiera la civilización humana dejara de existir? ¿Nuestras ruinas serían causa de orgullo? ¿Sería un alivio la manera en la que nos recuerden?
Actualmente experimentamos una cultura de consumo desmedida. Se ha perdido el calor humano; aquella magnífica porción de espíritu que nos define. La muestra simula cómo la Historia se degrada; cómo los componentes más importantes se mutilan y se transforman en elementos intrascendentes. Una pieza prehispánica convertida en un lienzo de logotipos publicitarios; una ciudad sagrada mimetizada entre las escaletas y rampas de un parque de patinetas; una columna consagrada, desvirtuada en un triste inflable… ¿Qué rumbo está tomando la civilización humana?
Mauricio Maldonado
Murmullos de la tierra se exhibe en el Museo Universitario del Chopo. Se presenta hasta el 29 de septiembre. Consulta horarios de visita en: www.cultura.unam.mx.