Madero o la invocación de los justos: sueños y pesadillas del pasado y el presente

Una persona bien podría guardarse en la memoria de quienes compartieron con ella algún momento en la vida; recolectar esas visiones particulares permite una construcción aunque no más real, sí más rica en perspectivas. Acercarnos sólo a una versión del mundo podría traducirse a que admitimos que las cosas sólo ocurrieron de un modo, por eso, quizá, en las historias importan mucho todos los personajes, que son principales en función del lugar desde donde se miren.

Escrita por Antonio Zúñiga y dirigida por Mauricio Jiménez, Madero o la invocación de los justos nos invita a recorrer un pasaje en la historia de México, pero también nos muestra que lo ordinario y lo excepcional se originan en acciones simples que realizan las personas, movidas por pasiones y por miedos; y que aunque algo no esté inscrito en la historia oficial, sí es determinante para llegar al momento que transcurre mientras se lee esto.

La obra, que presenta a un Francisco I. Madero desnudo en el espacio de lo onírico, es un vaivén por la vida reconstruida del político coahuilense: atraviesa sus pesadillas/sueños; lo que sucedió luego de la publicación de La sucesión presidencial; una entrevista con Díaz, así como un enfrentamiento con su abuelo. La puesta en escena también da cuenta de la traición de Huerta y concluye con el asesinato de los hermanos Madero (Francisco y Gustavo).

¿Por qué representar Madero o la invocación de los justos durante el mes de noviembre, mes en el que se conmemora la Revolución Mexicana? Porque es el tiempo que tenemos para reflexionar sobre las revoluciones que suceden en cada momento y que son ignoradas por vestir sencillo; porque es México, país donde, según las cifras oficiales, se cometen dos asesinatos por hora. Porque a veces echar mano del pasado nos permite entender mejor lo que pasa ahora, así como la manera en que afectamos el transcurso de los hechos y la forma en que nos afectan.

Esta obra se ofrece tanto para aproximarnos a nuestra contemporaneidad comenzando en el pasado y desde allí pensar actos creativos que nos permitan vivir este momento, como para cuestionar las ideas que nos mueven, y más allá de sólo enfrentarnos a ellas, enfrentarnos a nosotros mismos y nutrirnos con diversas perspectivas.

Carina Vallejo Fuentes

Madero o la invocación de los justos se presenta en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón hasta el 6 de diciembre. Consulta la programación en: www.cultura.unam.mx.