“Duchamp decía que es la mirada la que hace el cuadro”, expresó alguna vez el artista Rafael Lozano-Hemmer, cuya exposición permanecerá abierta hasta abril del año próximo en el MUAC. Partiendo de tal aseveración, se emprende el recorrido por su creación artística, que trasciende los vínculos entre el arte y la ciencia y pervierte el uso cotidiano de la tecnología.
La obra de Lozano-Hemmer muestra maneras novedosas de presentar datos estadísticos que, por su carácter numérico, podrían parecernos fríos y desprovistos de algún sentido, pero luego de verlos materializados, adquieren nuevos matices. Todo el legado musical de un compositor se ve reducido a una esfera que emite, al mismo tiempo, las piezas musicales completas que creó; los himnos nacionales sirven para presentar, en escala decreciente, el número de asesinatos que suceden en un país por cada 100 mil habitantes.
¿Quién mira y quién es mirado? En vez de que nosotros veamos la televisión, los televisados de “Contacto visual” nos observan y se van despertando conforme vamos pasando, como si pensaran que cuando no estamos, de verdad no pasa nada y que, por tanto, la mejor opción radica en dormir.
Como respuesta al automatismo —que apuesta al poder creativo del subconsciente, y que se sostiene por el valor de lo accidental y lo aleatorio—, los Pseudomatismos buscan relacionar, en el caso del trabajo artístico de Lozano-Hemmer, el cuerpo y la tecnología mediante obras abiertas que saturan su significado gracias a la intervención del asistente. Las “33 preguntas por minuto”, obra que integra la exposición, se apoyan, a diferencia del automatismo, en que la “aleatoriedad” de la tecnología es resultado de la programación hecha por un ser humano.
Las relaciones, lejos de ser mero concepto, se tornan explícitas mientras nos movemos por la exhibición: desde el ritmo cardiaco que se acopla a una sinfonía de luces en el “Almacén de corazonadas”, hasta los rasgos faciales compartidos con alguno de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa en “Nivel de confianza”.
Pseudomatismos hace zoom para vincularnos, bajo la óptica de una cámara de seguridad, con las personas más próximas a nosotros dentro de un cuarto: podemos sabernos observados, sin embargo, la complicidad que se crea entre la otra persona y uno nos hace sentir, quizá, no menos salvos ni menos espiados, pero sí acompañados y vinculados por el hecho de querer encontrar el punto ciego desde donde tengamos la posibilidad de salir de las estadísticas, sin que haya coerciones que impidan nuestra interacción real con el mundo.
Carina Vallejo Fuentes
Pseudomatismos de Rafael Lozano-Hemmer se presenta en el MUAC hasta el 17 de abril. Consulta los horarios de visita en: www.cultura.unam.mx.