Hace poco tuve la posibilidad de trabajar con niños de menos de diez años. Es interesante ver la concepción general del mundo que tenemos a esa edad. Una de las cosas que llamó mi atención fue el escuchar sus preguntar acerca de las casetas telefónicas: Qué son y cómo funcionan. Al intentar explicarles lo que era el mundo no hace más de veinte años sin teléfonos celulares ni Internet, comprendí lo difícil que es para las nuevas generaciones concebir una época sin smartphones y WiFi.
Naturalmente para nuestros padres, a quienes les son muy familiares los teléfonos públicos, no les es difícil concebir aquel tiempo, y no quisiera detenerme con las generaciones anteriores. Sin embargo, quienes nacimos en los años ochenta y noventa, nos encontramos en la frontera entre ambos polos. Recordamos con nostalgia y humor las fallas de las primeras conexiones a la red y vemos a nuestros padres con escepticismo cuando intentan acercarse a las nuevas tecnologías de comunicación. A la vez, hemos sido testigos de la manera vertiginosa en que esa comunicación se ha transformado.
Es precisamente acerca de esos cambios que se reflexiona en Colectivo On/Off (Desaceleramiento), pero no por ello debemos creer que estamos ante una exposición fatalista y oscura, sino todo lo contrario, se trata de un acercamiento a las nuevas maneras de comunicarnos. Los artistas Carolina Alba, Jimena Mendizábal, Alejandro Orozco, Juan Toro y Mirjam Kroker ofrecen al público de Casa del Lago el resultado de sus trabajos al respecto.
Siete piezas dan cuenta de la visión de cada artista sobre la colaboración artística y el impacto de las nuevas tecnologías en la manera en que nos comunicamos y compartimos conocimiento. Jimena Mendizábal abre la muestra con un diagrama de flujo en el que apela al mareo para acercarse a la dinámica de un grupo que utiliza la tecnología y sus avances, sin olvidar que el hombre es un animal social por antonomasia.
Carolina Alba apuesta por el material impreso y destaca el papel primordial de los gráficos en nuestra manera de comunicarnos. Alejandro Orozco se ocupa del espacio personal en una mezcla de imagen y sonido que pretende cuestionar el papel del individuo dentro de la colectividad. Por su parte, Juan Toro se adentra en la relación del dibujo con la escritura, la forma y el contenido.
Al final de la muestra, nos encontramos con el trabajo de Mirjam Kroker, que se preocupa y ocupa de los procesos de escritura y pensamiento. En la pieza “Sin título”, cuestiona nuestro concepto del pensamiento. ¿Cómo organizamos nuestra manera de pensar? ¿Es efectiva?¿Es capaz de transmitir al futuro conocimientos primordiales? ¿Hasta qué punto consideramos una computadora como un cerebro y nuestros cerebros como computadoras?
Es precisamente en esa preocupación por el futuro del conocimiento que “Sin título” se conecta con su hermana “Universo paralelo”, en la cual asistimos a un viaje por un mundo futuro especulativo, que atestigua una vez más y sin importar su localización, el absurdo de la soledad del hombre, que necesita del otro a pesar del desprecio mutuo, como un calcetín necesita al otro. Esa soledad terrible de la que a cualquier precio intentamos escapar: a veces corriendo hacia lo que suponemos la salida, y otras, abrazando esos ismos que prometen ser el hilo de Ariadna que guíe a la humanidad hacia la salida del tormento laberíntico de negarse a sí misma. Un tormento que no alcanza a vislumbrar su fin en el tiempo y que parecemos caminar en retroceso una y otra vez.
Eleonor González Roldán
Colectivo On/Off (Desaceleramiento) puede visitarse hasta el 2 de octubre en la Sala 3 de Casa del Lago. Más información en www.cultura.unam.mx.